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jueves, abril 18, 2024

#CalderónAsesino

. Vía Twitter, indignados por el silencio cómplice de Felipe Calderón y su llamado Gobierno Federal ante el multihomicidio de 16 jóvenes en Ciudad Juárez, ciudadanos y ciudadanas usuarias de esta red de información han lanzado el tópico #CalderonAsesino como un sendo reclamo al ostracismo indignante sobre los hechos de quien despacha en Los Pinos y su deliberada ignorancia del dolor de familiares y amigos de los masacrados.

Por Luis Alberto Rodríguez / Desde Abajo

Vía Twitter, indignados por el silencio cómplice de Felipe Calderón y su llamado Gobierno Federal ante el multihomicidio de 16 jóvenes en Ciudad Juárez, ciudadanos y ciudadanas usuarias de esta red de información han lanzado el tópico #CalderonAsesino como un sendo reclamo al ostracismo indignante sobre los hechos de quien despacha en Los Pinos y su deliberada ignorancia del dolor de familiares y amigos de los masacrados.

La propuesta en sí misma es radical. Sin embargo, coincide a plenitud con las consignas de vecinos y familiares de los ya llamados víctimas de Villas de Salvárcar, colonia donde fue perpetrado el ataque, quienes han colocado pancartas pronunciando “Sr. Presidente, mientras no haya responsables, el asesino es usted”. Interesante coincidencia desde el punto de vista sociológico, cuando de lo personal, lo emocional, trasciende al desarrollo de la colectividad unificada.

Hay quienes, por supuesto, se oponen al reclamo incontenible de dicho tópico, argumentando que nunca es ni será deseable imputarle culpas mortuorias a nadie, aún si se tratara de quien responsabilidad tiene sobre casos aberrantes como éste. Hay, pues, una controversia sumamente polarizada sobre el hecho, que a su vez, contiene otro hecho igual de controversial, depende el cristal con que se mire. ¿Fueron o no fueron en su totalidad víctimas los jóvenes asesinados? ¿Quiénes deben pagar por la sangre derramada?

Mientras preguntas similares se contestan, es cierto que uno de los culpables es Calderón. Muy comentadas han sido las razones, una de las cuales radica en que el Ejecutivo no ha plantado un solo pie en la ciudad más violenta de México y el mundo, desde que lanzó su “guerra al narcotráfico”. O la más reciente que fue auspiciada por el secretario de Gobernación, el gustoso comedor de cazuelas de mariscos, Fernando Gómez Mont, quien pretendió reprimir las movilizaciones por justicia de los deudos reclamándoles “respetar la ley”.

¿Esto y lo consabido es suficiente para imputarle a cabalidad la muerte de los mártires juarenses a Felipe Calderón? Mientras se insista en eximir de la mínima culpa al Ejecutivo federal por el incremento de la violencia y las violaciones a los derechos humanos de las y los mexicanos a causa de la fallida guerra contra el narco, el #CalderónAsesino tendrá bien justificado en la petulancia gubernamental, su razón de ser.

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