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viernes, marzo 29, 2024

Los partidos y el aborto

por Sara Lovera / DESDE ABAJO

Nada es tan curioso como mirar desde lejos y a lo lejos los díceres de líderes políticos, hombres o mujeres según los tiempos políticos y las urgencias de ganar votos, simpatías, adeptos para mantenerse en el poder.

Hace como 18 o 20 años yo escribí que en México la despenalización del aborto no podría darse sin el concurso y la iniciativa del entonces partido de Estado o único, que era el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Fue un asambleísta priista el que comenzó en la Asamblea con una propuesta superficial y arrebatada. Las feministas le tomaron la palabra y un grupo de ellas, encabezadas por las integrantes de GIRE se dieron a la tarea de conformar la propuesta para el Distrito Federal que finalmente fue defendida y abanderada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Así es la capital del país la primera en garantizar el derecho de interrumpir un embarazo desde abril de 2007.

Unos años antes desde el palacio del ayuntamiento en el Zócalo capitalino se nos había prohibido tocar el tema, allá en la época del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, sin embargo la coyuntura política que ofreció la cerrazón absoluta del gobierno de Guanajuato, permitió salir adelante con la conocida Ley Robles, que estableció por primera vez desde la Revolución Mexicana, un mecanismo para hacer efectivo el aborto legal, o sea aquellas excepciones en los códigos penales que permitían la interrupción de un embarazo, como en el caso de violación.

Llama poderosamente la atención el cambio de rumbo en el PRI, ansioso de poder y de querer volver a Los Pinos, a la dirigencia máxima del país, a la presidencia de la República.

Entre 2008 y 2010 muchos diputados locales fueron socios militantes de los congresistas del Partido Acción Nacional (PAN) que promovieron en casi 23 estados de la República dar derechos civiles al feto y señalar que la vida civil comienza con la concepción, lo que derivó en un avance significativo para prohibir el aborto totalmente y sin excepciones. En 18 entidades lo han conseguido.

Los diputados priistas votaron estas iniciativas en decenas de casos. La dirigencia del PRI, encarnada en Beatriz Paredes hizo mutis. Oí decir en televisión a la dirigente que respetaba la pluralidad; sus amigas o colaboradoras defendían el punto, mientras ella hacia acuerdos con los obispos y con cuanta derecha podía, para ir ganando elecciones en distintas entidades del país. Ella antigua feminista y liberal, inteligente y simpática, había decidido acabar con sus principios, en nombre de la política y el poder.

Por eso llama la atención poderosamente que la nueva dirigencia priista, la que encabeza el profesor, ex gobernador del conservador estado de Coahuila, Humberto Moreira esté abriendo el debate, diciendo que personalmente él está de acuerdo con el derecho a interrumpir un embarazo y que las mujeres tienen que opinar.

Antes en Puebla el diputado local Juan José Espinosa, del partido Convergencia, también se ubicó en el derecho de las mujeres. Y luego luego el senador perredista Carlos Navarrete, a quien no le conozco más allá del discurso y solamente, también dijo que haría una propuesta en esa Cámara donde manda Manlio Fabio Beltrones.

No cabe duda de que el tema, con toda la promoción, campaña, movilización que han hecho las mujeres del Pacto por la Vida, la Libertad y los Derechos de las Mujeres, ha tenido efecto, al menos ha puesto en la mesa éste tremendo asunto, que ha llevado a decenas de mujeres a la cárcel en los últimos años. No cabe duda que la movilización, la toma de la calle, la difusión y la organización de las mujeres es lo que hace posible estas posturas de dirigentes que ni piensan en los derechos de las mujeres y significativamente en su vida regular son machos, excluyentes y antidemocráticos.

Pero es plausible esta presión política ejercida por el Pacto, que ahora ha denunciado con toda su fuerza, cambiando hasta de orientación la mirada de decenas de periodistas, hombres y mujeres, lo que significan 23 años de cárcel para Leslie Karina Díaz Zamora, acusada de homicidio equiparado en grado de parentesco, una figura usada por los jueces contra las mujeres en Guanajuato, Hidalgo, Veracruz, Puebla y ahora en Baja California. No se tiene la cuenta exacta pero por lo menos 70 mujeres han sido acusadas procesadas de este modo. Sólo en Hidalgo y Puebla casi 30; se habla ahora de 25 en Baja Californi y más de 20 en Guanajuato. Algunas están en la cárcel.

De eso se trata una marcha programada para el próximo viernes. Una movilización, una protesta, no esa callada actitud de unas, que sienten tener la verdad de las mujeres, sentadas alrededor de la mesa del Secretario de Salud en turno o de un procurador. Ahora las mujeres dan la cara y toman nota. Que se cuiden los y las políticas que hablan para ganar votos, sin convicción, sin historia, sin verdadero interés, porque movilizadas y en la calle, las mujeres les van a exigir congruencia.

Y lo más curioso. Ahora los priistas contra la alianza del PAN con el PRD, en eso tienen razón. A ver cómo les va a las Oaxaqueñas y a las Poblanas o a las Sinaloenses, con esas patrañas y madejas movedizas donde por el poder, todo se vale, incluso juntar el agua con el aceite. Veremos.

saralovera@yahoo.com.mx

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