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jueves, marzo 28, 2024

Moral pública y democracia por los suelos

En estos momentos en que los corifeos del sistema (status quo) repiten y repiten que se deben de “respetar las instituciones”, que se debe “respetar la soberanía popular”, que el “voto es sagrado”, es cuando encontramos severas contradicciones del fin del sexenio. Y que el régimen político, en lugar de evolucionar y fortalecer las instituciones estás siguen en caída libre, y la desconfianza ciudadana también.

 

por Pablo Vargas González

En estos momentos en que los corifeos del sistema (status quo) repiten y repiten que se deben de “respetar las instituciones”, que se debe “respetar la soberanía popular”, que el “voto es sagrado”, es cuando encontramos severas contradicciones del fin del sexenio. Y que el régimen político, en lugar de evolucionar y fortalecer las instituciones estás siguen en caída libre, y la desconfianza ciudadana también.

Frente a la noticia que vino del Congreso de EUA, de que el sistema bancario, es el principal “lavador” y triangulador de recursos ilícitos, léase principalmente delincuencia organizada del narcotráfico, el gobierno mexicano, como siempre hizo mutis, dijo (La Jornada/07/18) que no tenía informes ni noticias suficientes de las enormes cantidades de dinero que se envían a través del banco HSBC.

Otro dato, a pesar de ser un delito federal grave, no podrá sancionarse: la Comisión Nacional Bancaria y de Valores dijo que si se investiga y se encuentran responsables, solo alcanzaría penas y “sanciones administrativas”. Esa es la gran realidad de nuestras instituciones democráticas. El que roba un pan, es un grave delincuente, quién comete un delito de peculado, de fraude a la nación, o los “delitos de cuello blanco”, al contrario se les dan disculpas. La inmensa impunidad es la que se vive, al fallar las instituciones.

Resulta que, de acuerdo con la investigación que sobre el particular realizó el Comité Permanente de Investigaciones del Senado estadunidense, entre 2007 y 2008 HSBC, por medio de su filial en México, remitió alrededor de 7 mil millones de dólares en efectivo a la sucursal que el corporativo mantiene en el vecino del norte. Así, durante un par de años en promedio se enviaron 10 millones de billetes verdes cada día, incluidos sábados, domingos y días festivos, y la aceitada maquinaria del combate al crimen organizado del gobierno mexicano no se enteró.

Cuando menos eso es lo que dice el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, quien ayer sostuvo que tal dependencia del Ejecutivo “no tiene informes sobre la posible responsabilidad de las sucursales del banco HSBC en México en operaciones de lavado de dinero, como señala un informe del Senado estadunidense. De existir indicios de actividades delictivas en esa institución bancaria, las autoridades correspondientes en México estén llevando a cabo una investigación al respecto y, en su momento den a conocer los resultados de dichas indagatorias”.

El Senado estadunidense, señaló la ineficacia de la estrategia calderonista contra el crimen organizado. Si hay un vínculo porque la “guerra contra la delincuencia” solo ha sido contra los jóvenes, pero no ha llegado a las cabezas.

El voluminoso lavado que presuntamente realizó HSBC México se dio precisamente en un lapso (2007 y 2008) en el que el Departamento estadunidense de Estado advertía al gobierno calderonista sobre el gran campo de acción que el narcotráfico tiene en el sistema financiero que opera en nuestro país. En este sentido, presentó su inventario: en México existen 46 bancos (incluyendo seis bancos de desarrollo) y 71 oficinas de representación de instituciones financieras extranjeras, 95 compañías de seguros, 479 sociedades de inversión, 155 uniones de crédito y 24 casas de cambio (La Jornada/07/18).

El comercio ilícito de drogas es la principal fuente de fondos blanqueados a través del sistema financiero mexicano. Otras fuentes importantes de ingresos ilegales que se blanquean incluyen corrupción, secuestro, tráfico de armas y personas, y otros delitos. El contrabando de embarques a granel de moneda estadunidense a México y su repatriación (ya lavada) en efectivo a Estados Unidos a través de correos, vehículos blindados y transferencias bancarias siguen siendo métodos para el blanqueo de ganancias de la droga.

A ello se suman los escandalosos casos de corrupción gubernamental, federal y estatal, en los que destaca las empresas paraestatales CFE y PEMEX, y ahora incluso el Melate, de “Pronósticos Deportivos”, los ciudadanos estamos vulnerables y con impotencia frente a la ineficacia de las instituciones. El divorcio entre acciones de gobierno y la moral pública ha llevado a una crisis profunda de la confianza. Ya ni las elecciones se escapan de esta circunstancia. Si que urge una transformación de las instituciones.

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