. Con el histórico fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de dar un amparo a una persona transexual para conservar su anonimato y el acceso a un acta de nacimiento nueva y sin la discriminante anotación marginal que revelara su condición, se puede ver uno de los pasos mas firmes para terminar con la trans sacer, que es como podría llamarse la situación de vida de miles de personas transgénero en México.
Por Hazel Gloria Davenport Fentanes / NotiEse – Desde Abajo
El término sacer era utilizado en el derecho romano arcaico para definir a aquellas personas que no tenían acceso a los derechos civiles, y que eran definidas por su carencia de los mismos, al grado de que podían ser incluso asesinados sin que sus crímenes pudieran ser considerados delitos.
Con el histórico fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de dar un amparo a una persona transexual para conservar su anonimato y el acceso a un acta de nacimiento nueva y sin la discriminante anotación marginal que revelara su condición, se puede ver uno de los pasos mas firmes para terminar con la trans sacer, que es como podría llamarse la situación de vida de miles de personas transgénero en México.
Si bien este fallo de la SCJN solo beneficia directamente a la persona transexual que promovió el caso ante la dependencia, como lo señala el abogado Víctor Hugo Flores, especialista en transexualidad legal, el hecho jurídico también alcanza dos niveles históricos, el sentar un precedente sobre el reconocimiento de los derechos de las personas transexuales a su identidad, y enviar un mensaje a la sociedad de que las personas transgénero podemos también promover procesos en la defensa de nuestros derechos.
Si bien el proceso que llevó al histórico resolutivo de la SCJN inició hace 5 años y culminó después de la aprobación por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de la Ley para la Concordancia Sexogenérica, que permite ya el acceso a una nueva acta de nacimiento sin anotaciones marginales estigmatizantes, el resolutivo de la corte podría abrir un camino para personas transexuales de provincia donde no existen leyes de reconocimiento a la identidad de género.
Actualmente existen en la Cámara de Diputados dos proyectos de leyes federales para el respeto de los derechos de las personas transgénero, y que abarcan a las poblaciones de gente travesti, transgenérica o transexual. Hasta el momento, ninguno de estos dos intentos legislativos se ha concretado.
El primero, presentado por el ex diputado Inti Muñoz Santini en la legislatura pasada, nunca tuvo seguimiento, mientras que el presentado en la actual legislatura, no ha incluido ninguna consulta a la población transgénero de provincia, específicamente en aquellas entidades donde bandos municipales consideran el travestismo como una «ofensa a la moral» que justifica la persecución policíaca.
Recientemente, el tema de los derechos de las personas transgénero ha comenzado a ser abordado por los medios de comunicación, desde la propuesta de la politóloga Irina Layevska Echeverria como candidata a la presidencia del CONAPRED, que contó con adhesiones de activistas y especialistas en derechos humanos, hasta la lucha de Alondra, mujer transexual, por recobrar la custodia de su hija de crianza en Jalisco.
Pero mas allá del interés mediático que suele ser fugaz, es importante que tanto la sociedad como la propia población transgénero sean conscientes de la importancia de acceder a los derechos civiles y la posibilidad de exigirlos, como una consecuencia del fallo de la SCJN y de la Ley de Concordancia Sexogenérica aprobada por la ALDF y que requiere de incluir el tema de salud.
Para El filosofo italiano Giorgio Agamben, autor de Homo Sacer: Sovereign Power and Bare Life. Los llamados derechos inalienables del ser humano prueban quedar totalmente desprotegidos en el momento de no poder ser caracterizados como derechos de una persona con ciudadanía dentro de un estado.
El acceso a la salud, a la identidad, al trabajo y al respeto son materias pendientes que pueden comenzar a superarse con seguimiento a la decisión de la SCJN, pero que necesitaran seguimiento y compromiso, sobre todo de la izquierda, ante mentalidades políticas y mediáticas que insisten en conservar hacia la población transgénero una actitud de la Roma arcaica y, por que no decirlo, también sacerizante.