Resulta preocupante, por donde se le busque, la posibilidad de que Francisco Olvera Ruíz ocupe la gubernatura del Estado de Hidalgo. Apenas fue designado precandidato único y se escucharon los cuetes en el PRI festejando su unción, algunos pachqueños, en son de broma en son de seriedad, decían que las tienditas y demás negocios debían cerrar temprano pues a “Paco” se le había ocurrido celebrar. Y es que como ex dirigente de la extinta Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH), al cobijo de Gerardo Sosa Castelán, el ahora nominado tricolor fue parte y protagonista de los actos vandálicos y porriles que sembraron pánico en la capital de la entidad y que bien le ganaron el mote a su grupo de “La Sosa Nostra”, grupo de choque que permanece al interior de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Esto sin mencionar que como secretario de Gobierno y alcalde de Pachuca, a Olvera Ruíz se le recuerda por su oscuridad y violencia política. Su designación, nada abona a la construcción de los derechos humanos en Hidalgo.
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