por Tania Meza Escorza / DESDEABAJO
“Mujeres como ella no deben morir”, dijo el coronel español líder del regimiento que terminó con la vida de todas y todos los insurgentes al mando de Altagracia Mercado. Contrario a la indicación de no tomar prisioneros, sino fusilar a los independentistas que sobrevivieran a un ataque, el jefe ibérico ordenó a su batallón bajar sus armas frente a la valiente mujer huichapense, cuyo arrojo asombró a sus propios enemigos.
Cuando la noticia sobre el levantamiento del cura Hidalgo llegó hasta el actual territorio hidalguense, Altagracia Mercado juntó su dinero e integró un pequeño ejército insurgente, el cual ella misma comandó, entrenó y diseñó las estrategias que le llevaron a vencer repetidamente a los militares españoles.
Durante el período en que la guerra de independencia no tenía jefes precisos (debido a arrestos y fusilamientos), Altagracia Moreno fue considerada estratega regional del movimiento, hasta que en un desafortunado encuentro con los realistas en octubre de 1819, todo su batallón fue derribado en combate. Sólo ella estaba en pie, pero aún así se lanzó contra el numeroso cuadro enemigo. Esta acción impresionó tanto a los españoles, que le perdonaron la vida y la condenaron a cuatro años de prisión con trabajos forzados en la Ciudad de México.
Hoy, esta indiscutiblemente heroica hidalguense es recordada durante las celebraciones por el bicentenario… pero en otros estados, porque aquí ha sido excluida de la rotonda de hidalguenses ilustres.
La Comisión Interinstitucional de la Celebración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución en Hidalgo (integrada por diferentes secretarios y secretarias) ha sido incapaz de proponer nombres de mujeres ilustres para la rotonda, misma que estuvo a punto de llamarse “de los hombres ilustres”, pero la presión ciudadana y de la comisión de Derechos Humanos del estado, impidió que el gobierno hidalguense hiciera el ridículo ante los ojos de la nación.
De último momento, la revolucionaria Elisa Acuña fue propuesta por Rocío Ruiz, quien es doctora en historia y secretaria de educación. Pero nada más, hasta ahí le alcanzó a la Comisión, cuyo coordinador ejecutivo, Juan Manuel Menes, declaró a la prensa que “no se trata de cuotas sino de méritos”, ya que la condición de las mujeres en esa época no nos permite contar con una heroína.
Más bien, lo que tal misoginia gubernamental nos muestra es que la condición de las mujeres de ESTA época no nos permite contar con historiadoras e historiadores que se tomen un poquito de tiempo para investigar el papel de las hidalguenses en la construcción de la entidad y de la patria.
¡Venga, Comisión! Un intento, aunque sea chiquito. Vamos, no es tan difícil, porque incluso en otros estados de la república se homenajeará a Altagracia en este bicentenario. Ya José Joaquín Fernández de Lizardi hablaba de “La heroína de Huichapan” en sus famosos “folletos” editados en el siglo XIX, y que la UNAM ha compilado en la colección “Nueva Biblioteca Mexicana”.
También se le reconoce en “Mujeres Célebres de México”, recopilación de Luis Rubio publicada por los “Talleres gráficos de la Nación”. Inclusive hay investigación sobre Altagracia Mercado en las áreas de ciencias sociales de las Universidades de Nottingham y Manchester.
Bueno, Comisión, pero si todo ello resulta poco, hay que darle una leída a la discusión con que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó otorgar el sufragio femenino a las mexicanas, porque los magistrados del supremo tribunal de aquel entonces, hicieron un reconocimiento a la labor de Altagracia Mercado como ejemplo de la capacidad de las mujeres para pelear por México.
Y sin embargo… esta Comisión nos demuestra que el jefe español que perdonó a Altagracia estaba equivocado: Mujeres como ella sí mueren. Fallecen cuando la ignorancia de gabinetes gubernamentales que conforman comisiones bicentenarias, les borra de un plumazo de la historia regional.
taniamezcor@hotmail.com
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