Tal vez Francisco Olvera tenga alguna idea de quién es Fernando de Ita, aunque seguramente ni sus extraordinarios asesores lo saben. Si fuere el caso, es tiempo que el priista comience a saberlo. Uno de los mejores periodistas culturales de México, orgullosamente hidalguense de la región de Apan, se ha tomado la molestia de dedicarle unas líneas, no suaves, para decirle que si a él no le interesa la Cultura, existen miles de hidalguenses a quienes sí y, por tanto, es motivo de preocupación el destino que ha de tener el Consejo para la Cultural y las Artes de Hidalgo en manos de quien se ha gastado una parte del presupuesto oficial, que pudo dedicarse al fomento artístico, para financiar la Elección de Estado que lo tiene en la antesala del poder. Lo peor del caso viene cuando se advierte que, así como seguramente ignora la importancia de un autor como De Ita, no solo no promoverá a una persona profesional en la titularidad del Cecultah, sino por lo contrario: Por seis años más, la creación artística y la investigación cultural en el Estado, serán marginadas al fondo del interés gubernamental. ¿Para qué? Si “los artistas no deben cobrar”