por Alberto Buitre
México deberá elegir a un Presidente listo para enfrentar una probable III Guerra Mundial. Esta puede estallar debido a los conflictos, cada vez más severos, entre Irán e Israel. Y sin menoscabo de lo que ésto ha de representar para la humanidad entera, en México debemos analizar muy bien quién de los candidatos podría enfrentar una crisis de tal magnitud desde la Presidencia del país.
La agencia Rusia Today informó que las autoridades iraníes ejecutaron a un agente de la inteligencia israelí condenado por asesinar a uno de sus científicos nucleares. El hombre de 24 años fue sentenciado a la pena capital en agosto del año pasado por haber hecho estallar una motocicleta en enero del 2010 cerca de la casa del científico. En los últimos dos años, las autoridades iraníes han acusado a Israel y a Estados Unidos de estar detrás de los asesinatos de cuatro de sus expertos nucleares, el mismo tiempo en el cual, a la fecha, no hay mes en que el conflicto suba una escala.
La guerra parece inminente; y aunque no se sabe cuando podría estallar, ya las flotillas israelís y estadounidenses esperan pacientes el momento de ataque en las costas cercanas a Irán.
En tanto, México se debate tres caminos: la imposición de Enrique Peña Nieto, la elección democrática de Andrés Manuel López Obrador o la prolongada revolución antisistémica provocada por un nuevo fraude electoral y el deterioro de las condiciones de miseria e injusticia que privan en el país. Lo que sea que termine por suceder, eso habrá de determinar el rol de la Nación frente a la indeseada III Guerra.
Una revuelta popular sería desterrar la explotación de raíz, pero, se sabe, a condición de la inrrupción violenta de cuadros revolucionarios. Así sucedería si la burguesía oligarca logra imponer el regreso del PRI a Los Pinos con un @EPN incapaz de lidiar política y diplomáticamente como jefe de Estado ante una Guerra, lo cual, llevaría a México a la entrega absoluta de sus recursos nacionales a Estados Unidos por motivos de “seguridad” con el riesgo, incluso, de hacer participar al Ejército Mexicano en un conflicto armado que no le pertenece. Entonces, sería el acabose de este país como Patria. Sin embargo, el desempeño de López Obrador como Presidente, ataviado con fuerte respaldo popular, podría asegurar para México la posibilidad de preservar su soberanía frente a una probable III Guerra Mundial y, de paso, salvaguardar la vida de decenas de millones de mexicanos, mientras se resuelven los de por sí inaplazables problemas internos. Eso es lo que está en juego.