PACHUCA – Inicia el periodo de campañas para que los aspirantes al gobierno del estado, a las diputaciones locales y alcaldías busquen el voto de los ciudadanos. De tal manera, que en las semanas por venir, la política estará presente en casi todos los espacios de la vida social. Será difícil ser ajeno a las diferentes propuestas, discursos y estrategias mediáticas que utilizarán los políticos para llamar a las urnas.
Especial interés recobran los temas pendientes como la construcción de la refinería en la región de Tula, de la cancelación del aeropuerto alterno a la ciudad de México, del atraso significativo de la denominada Ciudad del Conocimiento y de los temas de coyuntura: el tuzobús y la infame “remodelación” de la plaza independencia en Pachuca.
Con esa baraja de temas los candidatos tendrán materia se sobra para lidiar con los electores ávidos de respuestas a tales asuntos. Sin embargo, y bajo la lógica que impera en una campaña electoral, no debe parecer raro que los candidatos – ahora si – pretendan conocer la opinión de los ciudadanos.
Por ejemplo, Omar Fayad Meneses, aspirante al gobierno de Hidalgo por el PRI y sus aliados, sostuvo en las redes sociales: “Yo como ustedes tampoco estoy contento con el servicio del Tuzobus. Le he preguntado a la gente en la calle y no estoy conforme. Revisaré a fondo los precios y rutas alimentadoras. Haré lo que se tenga que hacer para servirle a la gente.” Ese mismo interés hubiera mostrado el ex Senador antes de que se pusiera en marcha el proyecto mencionado; ahora parece demasiado tarde.
Por su parte los demás aspirantes también han manifestado interés por temas como corrupción, concentración del poder, equidad de género, en fin. Escucharemos de todo en estos tiempos electorales. Lo cierto, es que al final de este carnaval de propuestas los representantes populares olvidarán sus compromisos y terminarán por obedecer los intereses de siempre, los intereses de los grupos políticos dominantes en la entidad.
Mientras eso ocurre los próximos dos meses serán intensos en materia política. Veremos quién de los aspirantes inicia una campaña negativa, quién se basa sólo en la descalificación, quiénes no tienen nada que decir y quiénes mejor se hubieran quedado en casa.
Son muchos cargos de elección que están en juego. De ellos sobresale la disputa que se dará en los municipios. Ahí, las campañas se viven con mayor apasionamiento. No será raro encontrar ejemplos de contiendas muy parejas, y a la postre, victorias apretadas. Seguramente algunas de esas elecciones terminarán en los tribunales y algunas otras convocarán a las personas a las calles reclamando triunfos que no les fueron validados.
Ojalá que esta misma pasión desbordada estuviera presente durante todo el mandato por el cual son electos los representantes.
Ojalá que este júbilo político se impregnara en amplias capas de la ciudadanía para reclamar durante, y al terminar su gestión, a los políticos que incumplieron sus promesas. Y no tener que esperar, que vengan otras elecciones para levantar la voz, aludir a la inconformidad y realizar una vez más esta ceremonia tortuosa de persuasión llamada elecciones.
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