En efecto, Morena se llevó la mayoría de las diputaciones en las elecciones legislativas en Hidalgo; sin embargo, ¿esto ha implicado una derrota para el PRI? En este asunto hay varios queveres.
1.- Los resultados electorales deben medirse con relación a la elección similar anterior. Es decir, lo que ocurrió el pasado 6 de junio, debe mirarse a la luz de los comicios de 2018.
2.- En las elecciones de 2018, las presidenciales, Morena arrasó en Hidalgo. Ganó diecisiete de los dieciocho distritos locales y los siete federales, obteniendo «carro completo» legislativo, obligando al PRI a conformarse con una diputada por mayoría, dos plurinominales y dos más por cuota de votación en la Cámara local.
3.- Ahora, Morena perdió cuatro distritos que poseía (Actopan, Pachuca Oriente, Metepec y Huichapan) y está a las puertas de perder dos más en la mesa: Zacualtipán y Zimapán.
4.- Esto significa que el PRI, a través de la alianza Va por Hidalgo, multiplicó por cuatro los resultados de la pasada elección dónde, ahí sí, fue aplastado. Y podría obtener dos más. Lo que significa que Morena podría pasar de diecisiete escaños a sólo once; mientras que el PRI, cómo líder de coalición, de una curul, aumentaría a seis.
5.- Además, el PRI también ganó terreno en las elecciones federales, al obtener uno de los siete distritos (Huejutla), dejando a Morena con seis diputados y diputadas federales, cuando en el 2018 había ganado todos.
¿Que aún así el PRI queda en desventaja? Es cierto. ¿Que fue derrotado? En realidad, pasó lo contrario. Morena no pudo o no supo retener sus éxitos de hace tres años y le cedió terreno al tricolor. A quien le guste la objetividad, los hechos.