PACHUCA — Carolina Viggiano Austria se convertirá en la primera mujer en ser candidata del PRI a la gubernatura de Hidalgo. Antes de ella, Julieta Guevara Bautista había sido la priísta de mayor rango político al convertirse en la primera senadora electa surgida en las filas de ese Partido entre 1988 y 1991, cargo al cual renunció para convertirse también en la primera precandidata a la nominación gubernamental priísta. Sin embargo, Viggiano Austria superará las aspiraciones de su predecesora y se convertirá en la abanderada de hecho. Esto será un hito en la historia del Revolucionario Institucional, imponiendo un nuevo ejemplo entre las mujeres que participan en esa organización. La pregunta es: ¿Será su campaña fiel al feminismo que pregona de un tiempo a la fecha, o será la circunstancia de otra mujer haciendo política masculinizada?
Se espera que Viggiano Austria sea consciente de la responsabilidad histórica que recae sobre sus hombros. Si bien es cierto que, en el año 2010, Hidalgo estuvo a las puertas de tener a la primera gobernadora mediante la figura de Xóchitl Gálvez Ruíz y, al mismo tiempo, de oposición, la circunstancia actual es la de una aspirante que compite en las filas del Partido de Estado, con las ventajas que esto implica. De tal modo, sus posibilidades aumentan −aun si los números la colocan abajo, uno a dos, ante el precandidato de Morena− y podría convertirse en la primera gobernadora.
Esto supondría una oportunidad magnífica para el avance político de las hidalguenses, siempre y cuando la posible gobernadora aplique un gobierno con perspectiva de género. Mas, esto no significa cumplir con la paridad consagrada en la ley (que sí), ni con las leyes estatales y federales que aseguran la vida y la seguridad de las niñas y mujeres (que también), sino que su administración establezca en los hechos y en las circunstancias una dirección feminista y feminizada. Es decir, las mujeres primero, las mujeres en todos lados.
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Pero todo empieza en la precampaña. El feminismo, el de verdad, no entiende de darle prerrogativas al patriarcado. Y, de entrada, Viggiano Austria se ve rodeada de hombres en casi todo el espectro de su precandidatura. Es un hombre su coordinador, son hombres los dirigentes que la acompañan, son hombres la mayoría de los priístas que le han levantado la mano. Y sí, hay mujeres, pero son pocas, muy pocas. Luego, ha sido registrada por el Partido más antifeminista en México: Acción Nacional. Por ejemplo, es la organización que en el Congreso de Hidalgo le declaró la guerra a las mujeres y a sus derechos. En la reciente aprobación de la despenalización del aborto, fue el PAN quien llevó rosarios católicos a la Cámara y amenazó a las feministas que se manifestaban dentro y fuera del recinto legislativo en defensa de sus libertades. Luego entonces: ¿Carolina Viggiano es la feminista que dice ser? ¿Su precandidatura es realmente un avance para las mujeres? Las respuestas nos las entregarán los hechos, no los dichos, de ella, la política, la precandidata, la mujer.
LATA DE TORNILLOS
Hablando del PAN, salió a la luz lo más rancio del retrogradismo panista protagonizado por el legislador Gabriel Quadri, quien fue echado en vivo de una entrevista en CNN por sus dichos fascistas en contra de la diputada trans, Salma Luévano, y de todas las mujeres TTT. ¿Qué tan ultraderechista debe ser para ser corrido de una cadena de televisión, de por sí, conservadora? Este personaje es compañero de Carolina Viggiano en la bancada de “Va por México” y, así de antiderechos como él, hay varios; por ejemplo, en Hidalgo está Asael Hernández Cerón, ultracatólico confeso y antifeminista devoto, sumado de lleno a la precampaña de la priísta.
