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martes, julio 2, 2024

Vuelve el clásico ULTRAMAN pero ahora es un padre

Desde hace un buen rato tengo una debilidad por las series clásicas. Muchas veces siguen siendo de relevancia en la actualidad o fueron tan importantes que llegaron a marcar la cultura para moldearla como la conocemos ahora. Y creo que la obra de Ultraman, al igual que la de Sailor Moon, fueron de esas.

Y aprovechando el estreno de su nueva película “Ultraman: Rising” en la plataforma de Netflix, pues me di a la tarea de investigar un poco al respecto.

¿Por qué Ultraman?

Ultraman comenzó siendo una serie de televisión japonesa en 1966, creada por Eiji Tsuburaya, dando así inicio a una longeva saga. Ha tenido distintas adaptaciones en la pantalla grande y animaciones modificando la historia según sea necesario.

En la historia original, Ultraman es un guerrero ultra que proviene de un planeta llamado Luz en la nébula M78. En una de sus misiones, al perseguir a un monstruo, llega hasta el planeta Tierra. Accidentalmente choca con la nave del oficial de la Tierra, Shin Hayata el cual fallece. Debido a esto, Ultraman se sintió culpable y toma la decisión de fusionar su cuerpo al de Hayata para regresarlo a la vida.

Hayata regresa a su vida normal sin saber que dentro de él estaba dormido el poder de Ultraman, el cual despertaría cuando un nuevo monstruo gigante comienza a atacar la tierra (misteriosamente solo atacan Japón). Utilizando la cápsula Beta en su mano, lograría transformarse en el gigante Ultraman para pelear contra ellos manteniendo su identidad en secreto como cualquier héroe.

Entre las habilidades que adquirió está la de volverse gigantesco; puede volar con completa libertad; su piel es resistente, lo que le permite soportar ataques de energía y calor; cuenta con ataques psíquicos, teletransportación y muchos más; pero el más icónico es el “Rayo Specium” el cual dispara al poner sus brazos en cruz, dando así origen a su icónica pose de ataque.

Su éxito fue tan grande que se hicieron numerosas secuelas, algo que la competencia la imitaría para replicar la fórmula del éxito de héroes que pueden volverse gigantes.

De esta manera se creó un nuevo subgénero en las series de estilo TOKUSATSU que son las series o películas en las que usaban de manera excesiva efectos especiales como las escenas de explosiones en los Power Ranger. A este nuevo subgénero se le llamó “Kyodai Hero” que es de héroes que se hacen gigantes y pelean con monstruos.
La serie también llamó la atención del público extranjero, llegando a EUA y México entre los años 1970 y 1980.

Ultraman: una lección de paternidad

Ahora, si ves la película nueva, todo lo que te acabo de contar realmente solo te da un poco de contexto, pues la historia que nos muestran no habla mucho de cómo funcionan los poderes de nuestro héroe protagonista, aunque queda claro de manera intuitiva. Más que una historia de un héroe golpeando a diestra y siniestra, nos muestra sobre la paternidad, las separaciones de familia y las inseguridades en nuestras habilidades.

De manera magistral, nuestro protagonista Ken Sato, que es el nuevo Ultraman, logra representar las dificultades de ser padre al verse obligado a criar a un bebé Kaiju él solo, sin tener información sobre cómo hacerlo (teniendo el doble de dificultad al considerar que este mide 7 metros). La trama avanza mostrando que no solo tiene problemas al cuidar al bebé, también los tiene para encontrar el equilibrio entre su trabajo de héroe, de beisbolista y la relación con su padre.

Podemos ver a través de todo su esfuerzo lo desgastante que es el criar a un hijo de manera física y mental, dejando el siguiente mensaje para el espectador:

“Los niños a veces son como monstruos,
pero tienen corazón y mente propios,
quieren descubrir quiénes son,
pero solo nos tienen a nosotros,
que estamos IMPERFECTOS Y ROTOS,
también descubriendo quienes somos.”

Claro que muchas veces nos concentramos en ser perfectos dejando de lado el hecho de que somos humanos y que, aun cuando somos padres o adultos, continuamos aprendiendo cómo vivir en este mundo loco sin perdernos a nosotros mismos.

Y es justo cuando Ken entiende esto que logra perdonar a su padre, al entender que él hizo lo mejor que pudo con las herramientas que tenía para mantener el equilibrio entre el mundo que lo necesitaba como héroe y su rol de padre.

Al final solo puedo decir que es una buena historia contada de manera excelente, no solo por su estilo de animación, más bien por la trama y ritmo de narración, logrando que sea amena, emotiva, reflexiva y divertida, perfecta para ver una mañana de sábado o en un día de lluvia.

Espero que mis palabras logren animarte a verla y darle me gusta en la plataforma, porque espero con ansias una segunda entrega para averiguar qué pasó con la madre de Ken.

Karin Reo
Karin Reo
Inspirada por las grandes aventuras de héroes derrotando al mal, forjé un fuerte amor por el mundo de la animación y todo lo que este representa; como cambia y moldea a las personas, sin que estas lo noten.

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