. En el marco del Foro Económico Mundial, los mandatarios internacionales plantearon los nuevos retos que debe enfrentar al capitalismo en este naciente siglo XIX.
Por Gustavo Godínez / Desde Abajo
La ciudad de Davos, Suiza, sirve de sede para la más reciente edición del Foro Económico Mundial, en esta ocasión congregando a 2 mil 500 presidentes, ministros, empresarios, estadistas, expertos económicos, académicos y otras personalidades, que ponen sobre la mesa las problemáticas del capitalismo contemporáneo.
Más allá de las fotografías oficiales, los líderes mundiales han decidido ingresar a los temas que ya determinan y seguirán determinando el curso de la economía mundial en este naciente siglo XIX.
En este Foro Mundial se han tratado temas de suma importancia, que ahora, en una economía globalizada, provocan repercusiones en todos los confines del mundo y que por tanto competen a todos y cada uno de los países asistentes como lo son la búsqueda de remedios para el calentamiento global, el abuso de la energía y la búsqueda de alternativas al petróleo así como las disparidades comerciales como instrumento para mantener una hegemonía dentro del sistema capitalista, que ahora se ve vulnerado por sus contradicciones intrínsecas.
Llama la atención que uno de los temas que más han causado interés, no sólo de la prensa, sino de los inversionistas, sea el gran problema del calentamiento global. Si bien este fenómeno lleva ya 30 años de presencia dentro de los encuentros internacionales, nunca antes había tenido tal protagonismo, esto se debe obviamente a que sus efectos están teniendo un impacto real y profundo por primera vez los intereses de los inversionistas y de la economía mundial.
La perdida de cosechas, provoca una baja en la materia prima y en los medios de producción, las millonarias perdidas de recursos materiales que provoca los cambios climáticos y la considerable afección de lugares turísticos son sólo algunos de los efectos catastróficos en la economía del calentamiento global.
Ahora que el calentamiento es una amenaza real para los grandes capitales, es cuando realmente ocupa un lugar en la mesa de discusión, pues nadie quiere salir afectado y por eso se plantea ahora energía alterna al petróleo como es el caso del etanol, que ya se perfila como una alternativa viable por el gobierno de Estados Unidos e incluso por tres empresas petroleras de aquel país que ven un nuevo mercado de inversión.
La pobreza es otro de los grandes temas de este Foro, la evidente desigualdad mundial es una preocupación que compete a todos. La desigualdad entre los mercados ya es una preocupación para todos los países tanto desarrollados como del tercer mundo, pues el rezago educativo y la pobreza impiden condiciones reales de competitividad, entorpeciendo la fluidez de la economía mundial como por ejemplo en los brotes de violencia ciudadana por justicia social que pone en peligro la inversión de capitales entre otros fenómenos.
Es aplaudible que temas de ésta índole ya sean tratados por la comunidad internacional vista como una unidad, pues requiere de un esfuerzo colectivo y de una cooperación uniforme de todas las partes, desafortunadamente, en el caso del calentamiento global y la pobreza son temas que debieron de estar en la mesa desde hace muchos años y no ahora que hasta las grandes potencias se ven afectadas por estos fenómenos. La naturaleza y la justicia social tenían que pasar la factura tarde o temprano.
Queda la esperanza de que los temas planteados y las promesas no sólo se queden en eso y tengan un seguimiento, aunque se antoja difícil, tenemos la garantía de que ahora, intereses económicos de las potencias también están en juego y es un hecho que ante una potencial perdida millonaria no se quedarán con las manos cruzadas. Ojalá no sea demasiado tarde. (Desde Abajo)