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viernes, diciembre 6, 2024

Columna: Espiritualidad de la Cuarta República

Religión y Espiritualidad

. Cualquier Espiritualidad verdadera es en esencia revolucionaria y transformadora. En cambio cualquier Religión, por su carácter institucional, tiende a ser conservadora y defensora del status quo… La verdadera Espiritualidad libera. La Religión institucionalizada, si permite su des-espiritualización, tiende a oprimir y a reprimir… La auténtica Espiritualidad hace crecer al ser humano y le hace feliz

por diácono Alvaro Sierra Máyer / Desde Abajo

No es lo mismo Religión que Espiritualidad… Una persona puede ser muy «religiosa» y tener poca o ninguna Espiritualidad. En cambio, una persona puede ser profundamente espiritual y no considerarse parte de ninguna Religión…

Una Espiritualidad auténtica puede ser factible sin Religión. Pero una Religión auténticamente vivida no es posible sin Espiritualidad… Es posible estar «sin Dios» dentro de una institución «religiosa» y se puede ser auténticamente espiritual siendo «ateo»…

Los antropólogos siguen discutiendo si «el hombre es un ser religioso», pero ya nadie discute seriamente que «el hombre es un ser espiritual»…

Una verdadera y profunda Espiritualidad puede «institucionalizarse» y hacerse parte o nacer como parte de una Religión, como fue el caso, por ejemplo, de la Espiritualidad franciscana. Pero una Religión o Espiritualidad al «institucionalizarse» corre frecuentemente el riesgo de perder su mística de origen o de fondo y entonces, paradójicamente, terminar siendo poco o nada espiritual. Tal vez el caso histórico más dramático sea precisamente el de Francisco de Asís, prácticamente echado a un lado y expulsado de la Institución franciscana a la que su Espiritualidad dio origen…

«Institución» y «Carisma»… En teoría ambos conceptos han de complementarse. Pero en la práctica parecen oponerse. El concepto «carisma» se relaciona más con la Espiritualidad y el concepto «institución» está más ligado a la Religión… Un «carisma» espiritual tarde o temprano tiende a «institucionalizarse», pero una «institución» difícilmente permanece «carismática»…

Cualquier Espiritualidad verdadera es en esencia revolucionaria y transformadora. En cambio cualquier Religión, por su carácter institucional, tiende a ser conservadora y defensora del status quo… La verdadera Espiritualidad libera. La Religión institucionalizada, si permite su des-espiritualización, tiende a oprimir y a reprimir… La auténtica Espiritualidad hace crecer al ser humano y le hace feliz. La Religión institucionalizada, si permite su des-espiritualización, tiende a llenar al hombre de temores y de culpas que lo disminuyen y lo hacen infeliz… La Religión institucionalizada, si permite su des-espiritualización, es «opio del pueblo». La Espiritualidad verdadera es despertar de las personas y de los pueblos y es motor de su renovación y transformación…

Un estado «laico» significa que es independiente de una Religión o Iglesia particular y de todas las Religiones o Iglesias en su conjunto (sin olvidar que «laico» significa también independencia de partidos o ideologías). Pero que un estado sea «laico» no implica que no fomente o que no deba interesarse por la verdadera Espiritualidad en sus miembros. Todo lo contrario. Especialmente porque con dirigentes sin Espiritualidad un estado se convierte en opresor de su gente, y, en cambio, líderes con principios y valores espirituales, sin sesgos de «religión» personal, se convierten en verdaderos héroes y patriotas en beneficio de toda la nación… El cura Hidalgo nunca fue más espiritual e incluso más «religioso» que cuando se decidió a encabezar la lucha por la Independencia de México. Y sin embargo fue considerado en su momento –e incluso ahora por algunos- como un «traidor» a su Iglesia «institución»…

Una educación «laica» significa que ha de ser independiente de credos, de partidos y de ideologías, pues en esencia la verdadera educación es plural y abierta a todas las expresiones y a todo estudio, discusión y análisis. Pero una educación «laica» jamás podría significar que se desconozca o se rechace el aspecto espiritual del ser humano y que no se intentara, sin sesgos ideológicos o religiosos o de partido, una formación en valores espirituales para todos los educandos en cualquier nivel educativo…

La realidad es que en México actualmente la Educación no es «laica». Intereses de partido, o de ideología o de religión controlan los programas y contenidos educativos, así como quiénes han de estar al frente de este sector tan importante. Se trata de los mismos intereses de sectores minoritarios y privilegiados que controlan los medios de comunicación, así como a los «poderes» ejecutivo, legislativo y judicial… Es precisamente a través de una educación no «laica» -y por tanto no independiente y libre- que los ricos y poderosos pueden controlar el resto de los organismos gubernamentales y no gubernamentales… Si tan sólo las escuelas y universidades del país –maestros, alumnos y contenidos y métodos educativos- fomentaran y conservaran su espíritu crítico, revolucionario y libertario, otra sería hoy la situación en México…

De allí que la lucha hoy por un Nuevo México, por una Nueva República, pase necesariamente por la transformación de las Instituciones Educativas… Estas son hoy, junto con la mayoría de los medios de comunicación, el verdadero «opio del pueblo»…

Por eso Andrés Manuel López Obrador, Legítimo Presidente de México, ha dicho el 1 de diciembre: «No es posible que sigamos actuando en la vida pública con el mismo código de la política tradicional y no es posible que sigamos aceptando como válido el modelo de vida en donde siempre se impone y triunfa el dinero sobre la moral y sobre la dignidad de nuestro pueblo… ¿No les parece que tenemos que crear una corriente de pensamiento nueva? ¿No les parece que tenemos que reafirmar los valores de nuestro pueblo?… ¿Pero qué ha venido sucediendo? Que eso se ha hecho a un lado y se ha venido imponiendo una forma de vida egoísta, individualista, en donde hay que triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole… Por eso vamos a crear esa nueva corriente de pensamiento, para afianzar los valores de nuestro pueblo y al mismo tiempo ir creando nuevos valores, porque no es nada más lo material, este movimiento no es nada más para alcanzar mejores condiciones de vida y de trabajo, este movimiento no es nada más para alcanzar mejoras materiales, este movimiento es para que podamos alcanzar mejores condiciones espirituales, es decir, que podamos vivir con armonía, por nosotros mismos y con el prójimo, este movimiento es para que hombres y mujeres sepan triunfar pero a partir del trabajo, a partir de la generosidad, de la verdadera solidaridad… Tenemos que humanizarnos cada vez más. Una de las cosas que más me choca y detesto de la derecha es que todo lo deshumaniza. Ellos no ven más que intereses, nada más ven lo que les conviene en lo individual, aunque vayan a la iglesia todos los domingos son los primeros en olvidar los mandamientos y en olvidar a la gente que necesita el apoyo de otros. Por eso vamos a ir creando esa corriente de pensamiento… Hay en nuestro movimiento extraordinarios intelectuales, filósofos, que se van a hacer cargo de ir elaborando toda esa propuesta y la vamos a ir difundiendo, porque le vamos a dar ese sentido a nuestro movimiento, de mucha fortaleza moral y, además, esto va a estar acompañado también con una nueva forma de hacer política, en el entendido de que la política es un imperativo ético»…

¡A sus órdenes, señor Presidente! ¡Por lo que aquí ha dicho es por lo que millones de mexicanos compartimos con usted esta lucha! (Desde Abajo)

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