. En Hidalgo no es la excepción. “Los chuchos” controlan los cargos partidarios, con otros grupos dispuestos a las prebendas, han obstaculizado la democracia interna y la vida interna adolece de institucionalidad y de respeto al marco estatutario, sobre todo han dilapidado las simpatías ciudadanas que en diversos momentos han votado por el PRD, que no han podido capitalizar
Por Pablo Vargas González / Desde Abajo
El domingo 16 de marzo se realizarán en todo el país elecciones internas para elegir a los dirigencias nacionales y locales del Partido de la Revolución Democrática. Se trata de una fecha estatutaria establecida para designar los principales cargos directivos del Comité ejecutivo nacional y los comités locales en las entidades federativas. Se trata no de una fecha más en el calendario partidista, sino de un evento de trascendencia nacional, puesto que el PRD se ha convertido en una fuerza política en el panorama nacional. El PRD se encuentra en una encrucijada, en un momento crítico, tanto a nivel nacional como en el estado de Hidalgo.
En 2006 el PRD estuvo a punto de conquistar el poder político y llegar a la presidencia por la vía de las urnas, sin embargo los acontecimientos, de todos conocidos, de una injerencia de fuerzas de la derecha -empresarios, cúpula religiosa, camarillas sindicales como la de la profesora Elba Esther, gobernadores, entre otros involucrados- aunado a un evidente manipulación de los organismos electorales como el IFE, como también el desatinado falló de los ministros de la suprema corte de justicia, impidieron la llegada de un hombre de izquierda. Después de ese acontecimiento, una corriente significativa se ha deslindado del programa propuesto en la campaña presidencial anterior.
En este momento hay dos grandes tendencias en el PRD, aunque varios candidatos a dirigir el comité ejecutivo nacional. Predomina en los órganos directivos la presencia de un grupo denominado “Los chuchos”, dado que lo lideran Jesús Ortega y Jesús Zambrano, y quienes buscan “negociar” con Felipe Calderón y alinearse a diferentes líneas como ya sucedió apegarse a las reformas que el actual gobierno esta impulsando, como la judicial.
Por otra parte Alejandro Encinas, con toda la experiencia y el perfil, encabeza una propuesta de renovación interna que mantiene los principios de identidad y autonomía de la izquierda mexicana a favor de los sectores populares. Su afinidad con Andrés Manuel López Obrador permite la afluencia y simpatía no solo de integrantes de este partido sino también de vastos sectores de la sociedad no afiliados.
“Los chuchos” juegan un papel importante en esta coyuntura política nacional. Por ello se han convertido en la “izquierda” consentida de los medios de comunicación. López Doriga y otros corifeos los colocan como la “izquierda que necesita México”, es decir la que se necesita para avalar y legitimar las reformas que impulsa Felipe Calderón. Por más que se llamen así, no son ni representan la “Nueva Izquierda”, por el contrario forman parte del pasado inmediato, de ser entreguistas, fueron los que abrieron las puertas del PRD a caciques y enemigos de la democracia.
En Hidalgo no es la excepción. “Los chuchos” controlan los cargos partidarios, con otros grupos dispuestos a las prebendas, han obstaculizado la democracia interna y la vida interna adolece de institucionalidad y de respeto al marco estatutario, sobre todo han dilapidado las simpatías ciudadanas que en diversos momentos han votado por el PRD, que no han podido capitalizar.
Por ello ante el intento del continuismo, en Hidalgo hay varias planillas que plantean modificar el tipo de liderazgo personalista y caciquil que existe en este partido. De los candidatos que sobresalen con esta iniciativa, es Tonatiúh Herrera Gutiérrez cuya trayectoria profesional, compromiso y trabajo político representa aires nuevos de cambio profundo para esta nueva etapa del PRD en la entidad. Es economista, ha sido profesor universitario y promotor cultural. Tiene muchos años en la izquierda, desde antes de que se formará el sol azteca; no es improvisado. Ni es el caso de los oportunistas que se acercan para llegar a los cargos.
Lo más importante del caso de Tonatiúh Herrera, es su propuesta que plantea la “refundación” y el “rescate del PRD en Hidalgo. En su programa habla de “devolver” a este partido “sus principios y valores fundacionales”. Además no va solo un conjunto de fuerzas internas y grupos de base apoyan esta propuesta en los diferentes municipios.
Es una coyuntura de definiciones, en que se requiere que los militantes y cuadros intermedios recuperen su partido e inicien un proceso de reconstrucción de su línea ideológica, hoy aplastada por el oportunismo vil, por lo que se requiere vincular a los dirigentes con las bases, y por institucionalizar la política antes que los métodos porriles. Esta recuperación será por parte de los militantes y votando por la Planilla No. 1 encabezada por Tonatiúh Herrera Gutiérrez, que es la oportunidad para hacer el cambio interno, urgente y necesario.
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