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jueves, marzo 28, 2024

Lector@s al Megáfono: Lydia Cacho

 Lydia Cacho, periodista mexicana, publicó en 2005 el libro Los Demonios del Edén, que trata sobre una red de pederastia en Cancún, Quintana Roo, México, en el que están implicados empresarios, políticos y jueces. Debido a esto fue amenazada de muerte y secuestrada por la policía del estado de Puebla, donde fue juzgada y encarcelada por difamación. Lo narra en Memorias de una Infamia (2007).

Por C. Rojo

Lydia Cacho, periodista mexicana, publicó en 2005 el libro Los Demonios del Edén, que trata sobre una red de pederastia en Cancún, Quintana Roo, México, en el que están implicados empresarios, políticos y jueces. Debido a esto fue amenazada de muerte y secuestrada por la policía del estado de Puebla, donde fue juzgada y encarcelada por difamación. Lo narra en Memorias de una Infamia (2007).

Colabora en diversos medios, donde, a pesar de todo, continúa denunciando la corrupción gubernamental y los casos de pedofilia y prostitución. Por su trabajo, obtuvo recientemente el Premio UNESCO-Guillermo Cano de la Libertad de Prensa, el Premio a la Libertad de Expresión de la Unión Valenciana, el Yo Dona a la Labor Humanitaria y el III Premio Casa América Cataluña a la Libertad de Expresión en Iberoamérica. A estos se suman otra serie de reconocimientos en años anteriores por su labor periodística.

Recientemente estuvo en Barcelona para recibir uno de sus premios y como parte de su gira para la presentación del libro Memorias de una infamia, prologado anteriormente por la periodista Carmen Aristegui, y en esta nueva edición lo prologa la periodista Rosa Montero (Madrid). Durante estos días, Lydia Cacho ha sido centro de atención en varios medios españoles; y sin tapujos no deja de señalar la corrupción del gobierno mexicano. ‘Las redes de pederastia en México alcanzan el poder político y judicial’, declara. Y explica: ‘Es una gran red de redes que va más allá de México. Opera en países como Inglaterra o España. Lo que ocurre es que uno de los pocos que es reticente a que se investiguen a nivel internacional es México’.

En una entrevista que ofreció en Madrid, señala: ‘Unos 300 hombres manejan un país de 104 millones de personas. Son hombres que son dueños de los monopolios político, económico, de los medios de comunicación, y que, obviamente, no permiten que se mueva nada. (…) Si ellos mismos legislan y procuran la justicia, evidentemente tenemos un sistema penal disfuncional’.

Relacionado con esto, explica el caso de la reciente renuncia del representante de la oficina del alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH) en México, Amérigo Incalcaterra: ‘Tengo fuentes fidedignas de que Amérigo, como ocurrió con el fiscal español Carlos Castresana, fue presionado por Los Pinos [la residencia oficial del presidente mexicano] para renunciar. Se trata de hombres de un alto perfil, hombres de una sola pieza incapaces de quebrarse y que presionaban a las autoridades a hacer bien su trabajo’

Asimismo, critica el papel de José Luis Soberanes, comisionado nacional de los derechos humanos: ‘Soberanes es el gran prostituto de México. Él no ha sido la voz del pueblo sino del poder, porque, de muy buena fuente sé que está en búsqueda de un puesto en la Suprema Corte de Justicia’.

Lydia Cacho señala: ‘Las mujeres no estamos seguras en México. Se necesita crear una red de protección a las mujeres, y para ello hace falta el doble de inversión pública. No se puede promover la denuncia sin que haya una red de protección’. Como periodista, recomienda formas para explicar los problemas sociales: ‘En lugar de decir: cada 15 segundos es violada una mujer, deberíamos decir: cada 15 segundos un hombre decide violar a una mujer’. Esto me recuerda a los análisis críticos del discurso de quienes estudian el lenguaje periodístico desde una perspectiva de los estudios de género.

En suma, Lydia Cacho es una muestra de la importancia del periodismo de investigación, para desenmascarar los mecanismos del poder, para democratizar la sociedad.

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