. Los temas no serán tristes, estarán llenos de swing, de scatt, pocos de ellos tendrán letras, y todos serán escuchados solo en silencio. Con ellos solo pretenderé hacer bailar mi corazón que hace tiempo lo siento inmóvil, lo haré latir tan fuerte, que por fin entenderás lo que es una sincopa en una canción, aunque no puedas escucharla.
Por Jesús Ángeles / Desde Abajo
No tengo hechizos para que me ames, pero me gustaría tenerlos. Como conquistarte con un tema de jazz si jamás te ha gustado esta música; sin embargo, llevo componiéndote más de veinte temas en tu honor, todos y cada uno de ellos pensando en ti. Todos me gustan, porque cada uno de ellos son una parte inconciente de tu alma, de tu forma de ser, y con cada una de esas notas trato de explicarte cuanto me enojas, cuanto me duele a veces, que seamos lo suficientemente egoístas con nuestro amor como para no perdonarnos.
Estas lejos, te fuiste sin saber que un nuevo jazz se creaba en ti, pero no lo supiste porque nunca te lo dije, tenía miedo que te aburriera, que terminaras por callar mi guitarra, mi saxofón, y pusieras la estación que te gusta para olvidar. Ahora el jazz es mi silencio… silencio que se funde con otra música, que ya no toco, que espero olvidar.
No tiene caso que alguien más lo escuche, lo tomarían como una bossanova, un tema de funk, una simple improvisación. Criticarían y quizás hasta me invitarían a grabarlas, pero no son de ellos, solo hay dos oídos que pueden escucharlas, y una boca que me pueda pedir que las vuelva a tocar. Pero tanto esos oídos como esos labios están lejos, y ahora fabrico música para una persona que esta distante y no conozco, que cambia sin que pueda saberlo, que cambió mientras estaba cerca de mí, y que tampoco pude verlo.
Los temas no serán tristes, estarán llenos de swing, de scatt, pocos de ellos tendrán letras, y todos serán escuchados solo en silencio. Con ellos solo pretenderé hacer bailar mi corazón que hace tiempo lo siento inmóvil, lo haré latir tan fuerte, que por fin entenderás lo que es una sincopa en una canción, aunque no puedas escucharla.
Igual y un día de estos haga mi big band. Para ser integrante de ella, solo tendrán que tener la sangre llena de desamor y… un instrumento musical. Deberán respetar la vida, las personas que les han hecho daño y deberán reír mucho. Con ellos crearé otros temas de jazz que no hablen de ti, y dependerá de la banda que los toquemos en público. Si los grabamos prometo llevarte una big serenata, pero que no duré una hora ni dos, sino toda una eternidad, o hasta que la tristeza se acabe.
Sé que terminaras bailando, desearás que la luna nunca se oculte, y ahí, quizás logre que te guste un poco el jazz. Entonces dejaré de tocar con mi banda, para tomarte de la mano y jamás dejarte ir. En ese momento, te enseñaré los temas de jazz que había olvidado, y nos fundiremos en el silencio, ahí donde toda la música se han creado.
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