. Sorprende en todo lo humano revivir el coraje que socavó el miedo de los juarenses ante Calderón, Gómez Mont y los 5 mil soldados que los rodearon en todo momento en su visita a Cd. Juárez. Discutiéndoles y confrontándoles sin precauciones morales ni políticas, en un acto de lo más puro en lo fenomenológico, pues el conocimiento, las palabras y las emociones vertidas ante los funcionarios, ha sido pura expresión de la experiencia. Masacres, violencia, de 5 a 13 ejecuciones por día. Husserl, padre de la fenomenología, afirmaba que lo único que podemos discutir sin temor a contradecirnos es el mundo tal y como lo experimentamos, el “mundo vívido”, según lo definió. La misma experiencia de coraje y valentía sobre el abandono, que hoy habla por los habitantes de Cd. Juárez.
Por Luis Alberto Rodríguez / Desde Abajo
Ciudad Juárez se convirtió este jueves 11 en el Waterloo del ínfimo conquistador del pelelato, Felipe Calderón, por la valentía y coraje de los “selectos” juarenses que sortearon el miedo del Estado Mayor Presidencial (EMP) y en la misma cara del despachador de Los Pinos y esposa que hacia como que lo acompañaba, le declaró lo que seguramente decenas de millones piensan: Ya no es más bienvenido en México.
Por si fuera poco, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, fue objeto de la ira de un centenar de muchachos y familiares de éstos quienes no dudaron en exigirle “largarse” de la ciudad fronteriza. “Calderón genocida”, era la consigna que ondeaba en lo alto de la muchedumbre, la cual sirvió para arengar al “sinvergüenza” del funcionario presidencial, que ha terminado de hacerse añicos ante la historia nacional.
Los jóvenes de Cd. Juárez, bravos, entrados, con miedo pero sin parálisis, enfrentados cotidianamente a la amenaza del narcotráfico, que en medio de la pobreza y la marginación imperante en los círculos suburbanos de la entidad, a veces resulta una violenta esperanza; violenta, sí, pero expectativa al fin de aquellas y aquellas a quienes todo se les ha negado desde el principio.
Mucho tendrían que hacer Calderón y Gómez Mont en Cd. Juárez de haber demostrado competencia política y sensibilidad de Estado. De compartir estas cualidades, hace meses que estarían allí, atendiendo lo que resulta ser el pilar roto por el cual el país está a punto de venirse a abajo. Sin embargo, es muy tarde para depositar esperanzas en dos descarnados funcionarios. Esto lo saben los juarenses; lo saben mejor que nadie, y nadie es el Gobierno Federal. Y ante la sordera y la hipocresía presidencial, sólo queda el radicalismo social que se funda en el dolor de ver morir ejecutados a hijos, hermanos, vecinos, amigos y amores.
Sorprende en todo lo humano revivir el coraje que socavó el miedo de los juarenses ante Calderón, Gómez Mont y los 5 mil soldados que los rodearon en todo momento en su visita a Cd. Juárez. Discutiéndoles y confrontándoles sin precauciones morales ni políticas, en un acto de lo más puro en lo fenomenológico, pues el conocimiento, las palabras y las emociones vertidas ante los funcionarios, ha sido pura expresión de la experiencia. Masacres, violencia, de 5 a 13 ejecuciones por día. Husserl, padre de la fenomenología, afirmaba que lo único que podemos discutir sin temor a contradecirnos es el mundo tal y como lo experimentamos, el “mundo vívido”, según lo definió. La misma experiencia de coraje y valentía sobre el abandono, que hoy habla por los habitantes de Cd. Juárez.
luis@desdeabajo.org.mx
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