La historia política hidalguense se partió el 4 de julio pasado, cuando más de 400 mil personas salieron a votar libre y conscientemente por una propuesta opositora a más de 80 años de priismo. Y si bien es cierto que las esperanzas de un nuevo Estado se reducen al análisis del Tribunal Electoral, el reloj del cambio está echado a andar y nadie podrá detener su paso, por muy impuesto en la gubernatura que sea, por tantos recursos públicos y panfletos que haya utilizado para dicho fin. “Menos mal que existen”, canta Silvio Rodríguez asegurando que “Todo el mundo tiene su Moncada”, que como en aquella mañana del 26 de julio de 1953 en Santiago de Cuba, dio inicio una revolución que no paró hasta salir victoriosa. Hidalgo tiene en Pachuca su Moncada. Sus habitantes salieron a rechazar por vía del voto a un régimen cuya cruda realidad cotidiana lo denota desfondado, sordo y sin representación. La historia ya camina, y quizá se necesiten 5 años, 5 meses y 5 días exactos como después del fallido primer asalto revolucionario, para que se proclame el triunfo rebelde sobre la caída del tirano octogenario.
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