. En comparación con muchas naciones –principalmente de aquel continente-, Serbia demuestra un grave retraso en lo referente a las garantías de la población con orientaciones e identidades sexogenéricas diversas.
por Alejandro Ávila Huerta
Pachuca, Hgo., México (DESDEABAJO).- El pasado domingo, un día antes de la conmemoración internacional del Día para salir del closet, alrededor de mil personas de la diversidad sexual de la nación europea de Serbia celebraron en su capital, Belgrado, la primera marcha del orgullo lésbico-gay-bisexual-transexual-transgénero-travesti-intersexual (LGBTTTI), con un recorrido poco festivo de cerca de media hora en el que fueron víctimas de la homofobia reactiva de un organizado grupo extremista de ultraderecha que, de acuerdo a diversos reportes, superaba por mucho en número a los manifestantes pacíficos e, incluso, a los policías dispuestos para la seguridad de estos últimos, quedando un saldo de aproximadamente 150 heridos y 250 detenidos.
Este violento movimiento –integrado por diversos sectores nacionalistas, religiosos y otros- ya había lanzado ofensas y amenazas desde días antes a través de pancartas, gritos y marchas en varias ciudades del país con el propósito de intimidar a los participantes en la manifestación y obligarlos a suspenderla, tal como lo lograron en 2001 y 2009. En esta ocasión no se limitaron a agredir a los involucrados en ella sino que se fueron en contra de calles, autos, tiendas y casas particulares, seguramente con la intención de crear un clima de terror adjudicado a la realización de eventos a favor de la diversidad sexual y conseguirles el rechazo popular, ya fuerte gracias a los radicalismos de la iglesia ortodoxa con una cifra oficial de ochenta y cinco por ciento de seguidores en el país.
En comparación con muchas naciones –principalmente de aquel continente-, Serbia demuestra un grave retraso en lo referente a las garantías de la población con orientaciones e identidades sexogenéricas diversas. La homosexualidad no fue despenalizada hasta 1994 (más de dos siglos después de que un país de Europa lo hiciera por primera vez; dos décadas más tarde de su despatologización por parte de las asociaciones americanas de Psiquiatría, Psicología y Medicina, y luego de cuatro años por parte de la Organización Mundial de la Salud). Apenas en 2006 se equiparó la edad de consentimiento para actos hetero y homosexuales.
Es cierto, sin embargo, que también ha tenido en los últimos cinco años un considerable avance legislativo en la materia, con acciones como la prohibición de la discriminación en el empleo basada en la orientación sexual o la identidad de género, y también de la incitación al odio por las mismas causas, pero resulta preocupante que en su caso –como en otros parecidos- dichas reformas respondan únicamente a una superficial aspiración política (la cada vez más cercana incorporación a la Unión Europea) sin que haya un interés por modificar de fondo la ideología discriminatoria y, con ella, eliminar sus prácticas homofóbicas.
Esta comunidad política destaca en la protección de los derechos humanos al haber emitido en 1999 el Tratado de Ámsterdam, primer documento internacional que convoca a la lucha en contra de la discriminación por orientación sexual, pero como parte de su fortalecimiento ha permitido la integración de países, como Lituania, que no cumplen cabalmente con este punto, más bien lo contrario. Acerca de los sucesos en Belgrado, si bien reconoce el apoyo y la participación del gobierno serbio en la consolidación de la libertad de expresión y reunión de la población LGBTTTI, condena su ausencia de principios básicos de tolerancia y la ineficacia de las fuerzas de seguridad que impiden demostrar la vigencia plena del estado de derecho en el país, enviando un mensaje muy negativo que podría condicionar su entrada a la Unión.
La situación de la diversidad sexual en Serbia es apenas la de un incipiente desarrollo, resultado del rezago histórico al respecto, pues mientras en otros Estados no lejanos las discusiones en torno al tema radican en los derechos del reconocimiento jurídico de formaciones familiares o identidades genéricas diversas, ahí se trabaja por la libertad simplemente de integrarse a la vida social con respeto y seguridad. El contexto del Día internacional para salir del closet es el ideal para que las autoridades serbias declaren su postura contundente de rechazo ante los hechos ocurridos y las instituciones que los provocaron, y que realicen inmediatamente las acciones necesarias para garantizar al sector sexualmente diverso de su sociedad el efectivo progreso en su proceso de visibilización y demás movimientos que de éste se vayan generando.