El proyecto filosófico de Adolf Hitler elaborado por Martin Heidegger (1889 – 1976), apostaba al olvido de sus crímenes en beneficio de la superioridad política y militar de la raza aria. La misma lógica de pensamiento opera entre los partidarios del PRI que, con la justificadora siempre en la punta de la lengua, yacen obcecados de sus atrocidades cometidas en 1968. Por eso, en el poco trecho que resta de hoy al 2012, es imprescindible llamar al deber de la memoria y no perdonar, no olvidar, que bajo los copetes y bigotes que los representan, aún se calzan los guantes blancos del batallón Olimpia. “El legado de la memoria” es un concepto acuñado en la actualidad por el filósofo español Manuel Reyes Mate, que consiste, básicamente, en No Olvidar. Llevarlo a cabo, será una forma de luchar para hacer justicia a las víctimas de las diversas manifestaciones de crueldad. Una tesis que ayudaría mucho a México a la hora de elegir en los votos a los gobernantes o en los momentos de la vida donde se reparten las fobias y filias políticas. Ideas que sin duda cambiarían la historia del pueblo mexicano, ante la hora actual que nos amenaza.