Todo indica que Alejandro Encinas Rodríguez será el candidato de la izquierda en el Estado de México; la entidad más grande y representativa electoralmente en México y que de sus resultados por la gubernatura se proyectará lo que ocurra en la elección presidencial del 2012.
De tal modo, resalta la propuesta de Encinas quien estaría al frente de todas las encuestas realizadas por el Partido de la Revolución Democrática para saber quién ha de ser su candidato, entre otros, Yeidckol Polevnsky, Horacio Duarte, Héctor Bautista y hasta Oscar González Yañez del Partido del Trabajo, todos con cierto liderazgo para hacerse del abanderamiento. Pero, aún bajo sus méritos, este miércoles al medio día se ha hecho público por periodistas y militantes perredistas por igual, que será el actual coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, el postulad oficial.
Una de las condiciones que había puesto Encinas –político honesto y de cabal perfil ideológico-, es que su candidatura dependía de que la dirigencia nacional del PRD declinara en su intención de aliarse con el derechista Partido Acción Nacional en tal elección, como lo hizo en los estados de Sinaloa, Durango, Hidalgo, Oaxaca y algunos otros, los cuales arrojaron resultados desfavorables en su mayoría. Lo que indica que así sucederá, y el impacto de dicha decisión sacudirá el escenario político nacional de camino a la sucesión presidencial.
Lo primero que se vislumbra es la puesta por tierra de las diferencias metodológicas entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard en torno al tema de las alianzas del PRD con el PAN. Ambos, en su afán como precandidatos a la candidatura del PRD a la presidencia, encontrarán en Alejandro Encinas el punto de coincidencia para caminar juntos en la resolución de sus propósitos, los cuales, vale la pena puntualizarlo, nunca los han llevado a la ruptura que tanto pregonan algunos medios de forma deliberada.
Y lo segundo y más trascendental, es que la batalla política en el Estado de México la ha ganado López Obrador, seguido de sus amplias giras por los municipios mexiquenses en donde fustigó las alianzas con la derecha y proponiendo una candidatura de unidad de la izquierda que logre vencer al PRI y a su actual gobernador y precandidato presidencial, Enrique Peña Nieto. Pero ésto no es la derrota de Ebrard; al contrario, es el afianzamiento de un proyecto político de transformación nacional. Esto, de la mano de Encinas, terminará siendo realidad.