Es común que el régimen aumente la presión política y mediática conforme se acerca el día de la elección. En el caso de Hidalgo, no sólo ésta avanza sino que se incrementa de forma particular al comprobar que sus candidatos fuertes están en riesgo de perder.
Al comprar el diario Milenio Hidalgo de este lunes 20, en páginas centrales venía insertado un suplemento pagado por el PRI donde se promociona el “lado humano” de sus candidatos por Pachuca, Tulancingo, Huejutla, Mineral de la Reforma, Tula e Ixmiquilpan. Justo aquellos que tienen altas probabilidades de perder su elección.
No abundo mucho en el contenido del suplemento. Fotos bonitas de bonitas familias sentadas en bonitos jardines de bonitas casas. Y luego, pensamientos disímbolos sobre el “amor”, los “libros. La publicación cumplió su cometido: Presentar el “lado humano” de sus personajes, que de tan “humano” poco se creía. Los discursos, todos iguales. Las sonrisas, montadas. Un suplemento pagado, pues.
Pero el asunto no es eso.
Creo que el detalle de tal campaña es la evidencia de un candidato que no prende por sí mismo; por lo cual se requiere construirle una fachada, un escenario. ¿Se vale? Claro. El sistema electoral mexicano está diseñado así. Candidaturas de portada.
Y luego vienen las encuestas. Que si ya ganamos. Que si me ha llegado una información que me dice que vamos arriba… Que aquel periodista afirma que de su cartera sale la verdad de las verdades…
Y todo va a parar en las portadas de los periódicos. Así funciona el negocio. A pocos espanta. No obstante, a muchos perjudica. Por ejemplo a ti y a mí que nos ha de preocupar, aunque sea por falta cinismo, que al país, o al Estado, o al Municipio se lo cargue la chingada. Y que quizá haya esperanza… pero que si no, ahí están los culpables. Lo que todo lo resuelven con dinero. O pretenden. Como cuando se convierte una mentira en verdad. Eso cuesta, se paga y, al final, se publica.
Nos están mintiendo.
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