Un marzo de hace cinco años, también invencible frente a sus enemigos, nuestros enemigos, murió Manuel Marulanda. Marulanda y Hugo Chávez, como antes el Che Guevara, junto a Fidel, han continuado la obra de los libertadores decimonónicos para emancipar a nuestros pueblos de la opresión y la explotación.
Quienes irrumpimos contra las tinieblas de la injusticia y la indignidad que abrumaban a Venezuela por aquel entonces,estábamos como decía el Che Guevara guiado por grandes sentimientos de amor, un amor bolivariano, popular, rebelde, combatiente, un infinito frenesí libertario que nos llevó, como quería el padre Libertador, a echarnos al miedo a la espalda para salvar la patria.
Hugo Chávez
por Pável Blanco Cabrera
Nos duele la muerte del comandante Hugo Chávez. Como verdadero revolucionario su obra trasciende las fronteras de su querida Venezuela, por todo el Continente y por todos los países del planeta. Su obra lo eleva a la altura de otros próceres libertadores de la estatura de quien fue su principal ejemplo: Simón Bolívar.
Las primeras noticias que de él tuvimos fueron en los sombríos años en que imperaba la contrarrevolución, eso que se llamó desideologización y fin de la historia, el TINA (thereisnotalternative), cuando gente como Salinas de Gortari, Menem, Fujimori, Carlos Andrés Pérez se jactaban de no encontrar resistencia a las privatizaciones y políticas de ajuste, de ataque a los derechos sociales, de reconversión industrial y de fabricación masiva de pobres. La aspiración de Margaret Thatcher parecía inapelable, no había alternativa visible a las políticas de choque de la reestructuración capitalista, que algunos llaman neoliberalismo. Nunca cesó la lucha de clases, y las resistencias se multiplicaban, pero ni duda hay que algunas dejan una impronta histórica, y así estalló el Caracazo, los empobrecidos en rebeldía contra el capital; sin embargo, dos de ellas marcaron la década de los 90: la rebelión cívico-militar del 4 de Febrero de 1992 dirigida por Hugo Chávez, y el levantamiento indígena del EZLN el primer día de 1994; con estas rebeliones, se resquebrajó el pensamiento único y la dictadura del mercado.
Pero pocas eran las noticias, las informaciones sobre las causas profundas de Chávez. En 1997 en el XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes -que de alguna manera demostraba los signos de reorganización de las luchas, la superación de la desbandada y del desconcierto que siguió al triunfo temporal de la contrarrevolución que derrocó al socialismo en la URSS-, en una reunión con la delegación de la Juventud Comunista de Venezuela (la juventud del Partido Comunista de Venezuela), los camaradas nos explicaron las concepciones programáticas y los objetivos del militar bolivariano, así como la construcción de una candidatura popular que podría llevarlo a la Presidencia de su país. Los comunistas de Venezuela, con gran experiencia política (trabajo obrero y sindical, lucha clandestina, lucha armada, lucha electoral, cuadros de gran nivel) contribuyeron a que muchas organizaciones en el mundo comprendiéramos de manera temprana el rol antiimperialista continental de Hugo Chávez, a no perdernos en las desconfianzas que otros sí tuvieron, y que lo consideraban golpista, “gorila”. En el Foro de Sao Paulo, por ejemplo, el PRD se opuso a que pudiera tomar la palabra, calificándolo de antidemocrático. Organizaciones europeas negaron la solidaridad al proceso basadas en esos prejuicios.
Recién salido de la cárcel, Chávez fue invitado a Cuba por el Comandante Fidel Castro, lo que permitió que se proyectara internacionalmente como un bolivariano, con ideas claras y cimentadas a favor de la causa de los pueblos.
Su triunfo electoral abrió una perspectiva de cambios en Nuestra América, empezando con la propia Venezuela, cuya ruptura con la dominación imperialista se aceleró a partir del proceso para contar con una nueva Constitución, que sepultó a la IV República y dio nacimiento a la República Bolivariana de Venezuela. Chávez insistía en la democracia participativa, lo cierto es que logró involucrar al pueblo en los debates y en las tareas del poder popular. Evaluando en el PCM el rasgo distintivo de Hugo Chávez, coincidimos con quienes señalan que su principal aporte es hacer del pueblo el protagonista de la Historia, el arquitecto de su propio destino.
Paso a paso, cualitativamente, el proceso bolivariano fue adquiriendo un perfil antiimperialista y gestando una nueva correlación de fuerzas en el Continente, contraria a la planificada por los monopolios. Después del TLCAN y del Plan Colombia, los EEUU quisieron imponer el ALCA y no lo lograron porque Cuba Socialista, Venezuela bolivariana y las FARC-EP, en la vanguardia de los pueblos de América, decidieron oponerse con firmeza. Fue una derrota para aquellos que siempre han pensado que nuestros pueblos son su patio trasero.
Hoy Venezuela, junto a Cuba, Ecuador y Bolivia indican que sí hay alternativa.
Otra gran contribución de Chávez fue reinstalar el socialismo como un tema de actualidad. Es verdad que habrá discrepancias sobre los contenidos de la alternativa anticapitalista, pero cuánto avanzamos gracias a su pedagógica comunicación con los pueblos. Los temas prohibidos en el índex de las nuevas inquisiciones se reinstalaron en lo concreto: revolución, socialismo, imperialismo. Y también con Chávez se demarcaron los campos de la reforma y la revolución.
En varias ocasiones tuvimos la oportunidad de escuchar las aleccionadoras intervenciones del comandante Hugo Chávez, en Monterrey, en el XI y XIV Congreso del Partido Comunista de Venezuela, en el cierre de la campaña del NO, en el XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en el Encuentro de Intelectuales en Defensa de la Humanidad y Foro Mundial de las Alternativas, en el Foro de Sao Paulo, y en el Palacio de Miraflores,en una conversación multilateral con las delegaciones de los partidos comunistas y obreros asistentes al XI Congreso del PCV.
Siempre con optimismo, llamando a la ofensiva, convencido de la necesidad del socialismo, confiando en la inagotable capacidad creadora de los pueblos.
No se equivoca el pueblo al pedir que se le coloque junto al Libertador Simón Bolívar.
Un marzo de hace cinco años, también invencible frente a sus enemigos, nuestros enemigos, murió Manuel Marulanda. Marulanda y Hugo Chávez, como antes el Che Guevara, junto a Fidel, han continuado la obra de los libertadores decimonónicos para emancipar a nuestros pueblos de la opresión y la explotación.
¡Hasta la victoria siempre, comandante y compañero, Hugo Chávez!