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jueves, marzo 28, 2024

El mundo necesita más

TANIA MEZA ESCORZA

Hace diez años, el 19 de agosto de 2003 un camión bomba fue lanzado contra la oficina de la ONU en Irak causando la muerte de 22 personas. Entre las víctimas se encontraba Sergio Vieira de Mello, quien era entonces el representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Irak y había trabajado durante muchos años con el ACNUR (la agencia de la ONU para las y los refugiados) En memoria, la Asamblea General decretó la fecha como el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, para reconocer a quienes enfrentan el peligro y la adversidad para ayudar a otras personas.

Pero la visibilización no es sólo hacia la violencia sufrida en Bagdad en 2003, sino que rinde homenaje quienes han perdido la vida en la prestación de servicios humanitarios, y a los trabajadores y trabajadoras que continúan prestando asistencia y socorro a millones de personas. También busca llamar la atención hacia las necesidades humanitarias en todo el mundo y explicar lo que supone la labor de asistencia humanitaria.

Este año, el secretario general de la ONU, Ban-Ki moon subraya en su mensaje por el 19 de agosto que en esta fecha “Conmemoramos su sacrifico y reafirmamos nuestro compromiso con el trabajo vital que las personas voluntarias a diario desarrollan en condiciones difíciles y en lugares peligrosos a dónde otras personas no pueden, o no quieren ir”.

Las y los trabajadores que prestan asistencia humanitaria tratan de proteger la vida y la salud de las personas que han experimentado una situación traumática, entre ellos 15 millones de desplazados internos y 10 millones de refugiados asistidos por el ACNUR, y de garantizar que las y los seres humanos sean respetados, en cualquier lugar del mundo en que se encuentren y sin importar su nacionalidad o el grupo religioso o social al que pertenezcan.

Una noche de enero en 1998, Vincent Cochetel, en aquel entonces jefe de la oficina del ACNUR en Vladikavkaz, en el Cáucaso Norte, llegó a su departamento al fin de la jornada laboral y se encontró con hombres armados esperándolo adentro. Lo forzaron a arrodillarse en el piso con una pistola apuntándole el cuello. “Pensé que se trataba de un asesinato por encargo”, recuerda. Desde aquella noche, y durante 317 días, fue tomado como rehén, a veces encadenado a una cama de metal y confinado al aislamiento en la oscuridad. Su experiencia supera los riesgos que los trabajadores humanitarios enfrentan al realizar su trabajo y es uno de los testimonios de agresiones vividas por trabajadores y trabajadoras humanitarias, y que con motivo del 19 de agosto la ACNUR ha recopilado y publicado en su página web.

En su testimonio como trabajador humanitario, Cochetel señala que durante los más de 300 días que duró su cautiverio en Chechenia tuvo que encontrar recursos en su interior para lidiar con el encierro y la tortura: “Se atraviesan muchos momentos existencialistas y te preguntas por la lógica de lo que estás haciendo. Pero cuando miro atrás y pienso si tuviera que volver a hacerlo, creo que había una buena razón por la que estábamos allí: estábamos alimentando a medio millón de personas. Contribuíamos con el abastecimiento de agua para la república entera, ayudábamos a los desplazados internos a retornar allí, reconstruyendo escuelas y la infraestructura social, asistiendo a las personas. Teníamos buenas razones para estar allí”.

El trabajo humanitario conlleva graves riesgos. Nada más entre 2011 y 2012, 242 trabajadores humanitarios fueron asesinados, secuestrados o heridos en el ejercicio de sus funciones, uno de los peores períodos que jamás haya conocido la comunidad humanitaria.

Este año, la campaña 2013 del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria se centra en el siguiente concepto: “El mundo necesita más”. En las redes sociales, el secretario general de la ONU, Ban-Ki moon, hace la invitación para que por Twitter, en el hashtag #theworldneedsmore las y los usuarios respondan con una sola palabra a la siguiente pregunta “¿qué es lo que más necesita el mundo?”. “Mi palabra es ‘Cooperación’ ¿Cuál es la tuya?”, señala el Secretario en su video de invitación.

La visibilización del trabajo voluntario en favor de otras personas (a quienes en la mayoría de las ocasiones no conocemos previamente), también hace hincapié en despojar a esta labor de la engañosa apariencia de que es un hecho que nos da renombre y que quienes hacemos trabajo humanitario somos bien vistos. Por el contrario, realizar esta labor significa que hay autoridades en todo el mundo que han dejado de hacer su trabajo y se han beneficiado con la desigualdad. Las acciones voluntarias de ayuda agreden por sí mismas a quienes han construido los entornos necesarios para que haya seres humanos en situaciones de riesgo y vulnerabilidad.

Paren las prensas:

El pasado 7 de agosto comenzó en El Colegio del Estado de Hidalgo el ciclo de conferencias “Violencia de Género en México: Hallazgos de investigaciones recientes”. Con ponentes de primer nivel nacional en materia de equidad género, el equipo encabezado por la Doctora Rocío Ruiz de la Barrera estará trayendo hasta el centro de Pachuca a grandes investigadoras e investigadores del Colegio de México, durante los siguientes cuatro miércoles a las 16:00 horas. La ponencia de mañana nos presentará datos duros (cuantitativa y cualitativamente hablando) sobre la violencia contra las mujeres en México e Hidalgo. Ojalá que ahora sí vaya el secretario de Educación.

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