GUADALUPE LIZÁRRAGA
El ejército mexicano enviará 400 soldados a Guerrero más para realizar tareas de «orientación y cercanía» en las comunidades indígenas, durante el resto del mes de diciembre del que van corriendo nueve días. Así lo informó el titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb en supuesto acuerdo con el gobernador Ángel Aguirre, como si la opinión de éste último importara ante las tácticas de las fuerzas armadas para hundir más al país.
La gravedad de esta decisión gubernamental deja clara la postura de Enrique Peña Nieto con los derechos humanos: se trata de una cínica ratificación de un criminal de las libertades y derechos fundamentales. Peña cree que puede controlar a los indígenas por ser indígenas. Cree que puede cercenar sus liderazgos encarcelándolos y asesinándolos, y justificarlos con boletines de prensa para informar que lo hace por seguridad. Cree que corrompiendo a periodistas y medios, puede cercar la verdad. Cree en lo más profundo de su ignorancia que tiene poder. Pero se equivoca. Lo que tiene Peña es fuerza, no poder. La fuerza se hace de ella porque tiene acceso a los recursos públicos y a la manipulación de las instituciones y le permite el secuestro de Estado de Derecho. No obstante, su garrafal ignorancia no es todopoderosa, ni sus creencias pueriles se convertirán en verdades sólo por repetirlas desde el Estado y la televisión.
Es evidente en otras entidades con más problemas de seguridad que Guerrero está siendo solapado el crimen, mientras en Guerrero la lucha es contra los indígenas. ¿Cuántos contingentes se han enviado, por ejemplo, a Michoacán para capturar a los Caballeros Templarios? Las alcaldías, Seguridad Pública y gobierno estatal trabajan con los Templarios, quienes también son apoyados por los militares. De todo se ha informado meticulosamente en los reportajes de Tomás Borges y se ha informado a la Policía Federal. ¿Cuántos contingentes ha enviado Mondragón y Kalb a Veracruz y Tamaulipas para detener a los Zetas vinculados con el exgobernador Fidel Herrera, hoy cómplice del actual gobernador Javier Duarte? ¿Por qué sigue operando el tráfico de estupefacientes a libre fluir por el Golfo de México hacia Estados Unidos?
De las ciudades militarizadas ¿cuántas han erradicado el crimen organizado? El ejemplo más emblemático es Ciudad Juárez y su valle. Activistas asesinados como la familia Reyes Salazar, 20 años de feminicidios consecutivos, presos inocentes en las cárceles, decapitados en las calles, mientras los militares violan, roban, intimidan, se drogan, se alcoholizan, torturan, fabrican delitos y culpables para simulan proteger la región. ¿Cuántos asesinatos han ocurrido a cien metros de los puestos militares en el Valle de Juárez? Hay nombres de militares involucrados en los feminicidios de Juárez, y sólo los han cambiado de ciudad.
El gobierno mexicano confunde erradicar con pactar. El narcotráfico no podría operar con tanto éxito sin la venia de Los Pinos. La complicidad y el involucramiento del gobierno de Peña con narcotraficantes ya es un saber popular. Ahora Peña Nieto insiste en jugar con fuego apostando a un estado narcomilitar, para continuar la estrategia fallida de su antecesor el genocida Felipe Calderón, quien todavía en estos momentos goza de plena impunidad. Pero es imposible que controlen todo y a todos, y salir sin raspaduras. Aún las dictaduras latinoamericanas más despiadadas fracasaron en sus intentos totalitarios. Y la dignidad no es algo que se pueda arrancar de la ciudadanía con un macanazo o una ráfaga de AK-47.
La militarización de Guerrero significa la siguiente fase para desarticular las policías comunitarias indígenas que son la única de esperanza de protección real bajo el sistema normativo indígena conforme a derecho. La militarización de Guerrero significa más violaciones de derechos humanos por parte del Ejército que tiene ya trayectoria de masacres y violaciones a mujeres indígenas en la entidad. La militarización de Guerrero significa nuevos atropellos a los más vulnerables y una amplia tolerancia a los criminales. Ésta es la apuesta del gobierno de Peña por México en el día internacional de los derechos humanos.