Pachuca, Hidalgo, México (Desde Abajo) .- Martha tiene dos preocupaciones: aprobar su examen de trigonometría para no perder su tercer semestre en la prepa y atreverse a decirle a sus papás que está embarazada.
Conoció a Julián en una fiesta, como se conocen la mayoría de los chicos de 16 años. Tres cervezas, unos besos y una relación sexual furtiva en el baño. Seis meses después, crece en su vientre una niña. Beatriz es un buen nombre, dice, pero falta que haya un lugar donde pueda nacer. “A lo mejor mi papá me corre de la casa y yo no tengo dinero”, confiesa Martha con preocupación.
En Hidalgo, el 39 por ciento de las mujeres no utiliza condón, ni otro método anticonceptivo durante su primera relación sexual, expone Nalleli Cedillo, presidenta de Espiral, Creatividad y Encuentro Social AC, una organización dedicada a temas de educación sexual y reproductiva mediante acciones y herramientas creativas.
En el pueblo mágico de Huasca de Ocampo, entre veredas rocosas y el musgo húmedo que se adhiere a los pinos y oyameles, apenas a unos 30 minutos de la capital Pachuca y subiendo por las carreteras ondeadas del boscoso Parque Nacional de El Chico, Nalleli y su asociación imparten cursos del Programa de educación sexual y reproductiva “Prevenir Sí”.
Han sido cinco meses de intenso trabajo realizando visitas comunitarias entre las calles de estos parajes. Ahí, Espiral pudo reconocer casos similares a los de Martha, donde los adolescentes y jóvenes no cuentan con suficiente información o recursos para tener una vida sexual plena y consciente.
Uno de los problemas es la falta de información sobre métodos anticonceptivos:
“Es posible percibir que para las y los jóvenes resulta caro adquirir métodos anticonceptivos, si tomamos en cuenta de que muchos de ellos no trabajan; esto podría llevar a limitar su uso. Además, muchos de ellos no cuentan con información sobre dónde adquirirlos de forma gratuita”, señala la activista.
De acuerdo a información del Centro Estatal de Población (Coespo), el 29 por ciento de los embarazos no planeados en esta entidad se registran entre adolescentes. Las edades van entre los 15 y los 19 años de edad.
Martha asegura que no usó condón porque, ni ella ni su pareja, tienen dinero para comprar uno. Al preguntarle si sabía que en el Centro de Salud estatal los dan gratis, ella responde: “no sabía, nadie nos informa de esas cosas”.
Para Espiral AC, las y los adolescentes tienen muchas preguntas sobre cómo ejercer su sexualidad de forma segura; sobre la planificación familiar, la cobertura de servicios de salud y la garantía sobre sus derechos sexuales y reproductivos. “Sin embargo, cuando se realiza un taller al respecto, se muestran muy participativos e interesados por estos temas que les afectan directamente.”, destaca Nalleli Cedillo.
El programa “Prevenir Sí” de la organización incluyó la entrega de manuales informativos que abordan temáticas como el sexo y el género, la identidad sexual, enfermedades de transmisión sexual y su prevención, además de recurrir a una intensa campaña en redes sociales y otros medios de información.
A la organización le preocupa, no sólo los embarazos no planeados entre adolescentes, sino las enfermedades de transmisión sexual. Para Espiral, el problema sigue siendo la falta de información y el acceso a recursos de prevención.
Hicieron la entrega de cuatro mil métodos anticonceptivos, con los cuales –señala-, se busca disminuir la incidencia de enfermedades sexuales y embarazos no deseados en la zona.
“Posteriormente, será realizado un estudio para saber cómo se logró en incidir sobre este tema en cuanto a la disminución de ETS y embarazos”, comentó Nalleli Cedillo.
Quizá ya es tarde ahora para jovencitas como Martha, pero programas como los de Espiral apuntan a que cada vez sean menos. Además que, a pesar de sus circunstancias, siempre es posible comenzar una vida sexual informada, placentera y consciente.
