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jueves, marzo 28, 2024

Antes, protestas; hoy, asambleas por Whatsapp

A por la liberación de Palestina, a por la liberación de Siria, de Bahrein y de Yemen, a por defender la democracia en Brasil, en Venezuela y a despojarnos de la dictadura civil en Argentina, a por el desarrollo de África, a por… A por nada carajo, ni por izquierda ni por derecha.

Así estamos todos los santos días penando por la opresión a nivel global.

Analizando el contexto, local o internacional, se llega a una sola conclusión: Ya a nadie nada le importa nada, ya los pueblos han sido subyugados ante la autoridad mediática y el “pragmatismo” político que te ofrece las migajas: tómalo o déjalo.

Ya no hay causas étnicas, culturales, religiosas o ideológicas, ya no hay causas.

adiccion celular

¿Muy deprimente? Muy realista diría, veamos sino: ¿las reacciones populares donde están? Están militando por Internet, están atrincherados en sus casas haciendo guardia frente al televisor, están atentos portando su arma preferida, el mando a distancia. Murámonos de hambre, de sed, que nos quiten nuestros derechos, que nos maten a balazos o a bombazos, pero que no nos quiten el sofá ni la tele, ni la compu ni la tablet… y guay que nos intente quitar el móvil.

Asambleas por whatsapp, mitines por Messenger, diatribas lanzadas desde el espacio cibernético… vaya protestas y movilización, que en cualquier momento manifestamos desde el baño, con pancartas de papel higiénico.

Así el mundo anda, así anda la humanidad extraviada, de ojos vidriosos de tanto mirar la pantalla, así como cuando antes nos decían si estábamos en las nubes, pues sí, estamos en las nubes de Google, Microsoft y Dropbox. Hoy compartir es un icono de tres puntos unidos por rectas, antes era dar en mano mirándose a los ojos.

Autómatas inconscientes, de palabras insolentes, pero atrapadas en las redes. No hay ya cuerpo a cuerpo, ni siquiera hay cuerpo, solo texto o carteles enmarcados en photoshop y publicados en instagram.

Que ya les digo, no ha cambiado nada, solo la forma, y con esa forma nos han domesticado, hemos caído en la trampa que nos ha tendido, nos han sacado de las calles para que nuestro lugar de protesta sea la carretera informática.

Ya no vibra la indignación, vibra el móvil que es distinto, para avisarnos de alguna notificación.

Ataques de pánico, desmayos, palpitaciones, enfermedades del nuevo tiempo, por no descargar las emociones.

Estamos a resguardo, seguros en nuestra barricada digital, no hay que temer a los palos policiales ni a las balas. Sigamos proveyendo bits en vez de voces, que estos no molestan, pero los gritos sí.

Entendamos que lo global está aquí; que lo que pasa a 10 mil, repercute en la esquina, comprendamos que no hay causas distintas, es una sola causa y es no perder la humanidad ¡Sí! La humanidad, la misma que hoy es indolente, insípida e inactiva, ignorante y sometida, aburrida y superficial.

Ya no impactan los niños muertos, los ancianos sin hogar, las familias destrozadas, los pueblos masacrados, las tierras ocupadas. Lo mismo pasa en Games of Thrones, en Vikingos y en alguna otra serie mas, ¿Por que asombrarse si pasa en la realidad?

Total ya es historia conocida, nos pasó en nuestra América, con los Incas, con los Mayas, con los Aztecas, ¿Que importa que ahora pase en Medio Oriente? O que vuelva a pasar en nuestra Patria Grande nuevamente.

¡Corruptos, ladrones, populistas! Grita la masa neocon. Pero, escucha, si tu eres del pueblo como yo, no perteneces a la oligarquía y te responden… no me importa, solo quiero que se vayan…

Bobadas.

Galeb Moussa
Galeb Moussa
Periodista, hijo de periodista. Analista político internacional, musulmán y argentino. Voz autorizada de la comunidad árabe en Latinoamérica.

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