PACHUCA . –En días pasados el Gobernador, José Francisco Olvera Ruiz, rindió su último informe de gobierno. A la ceremonia –como es costumbre– acudieron diversos sectores de la población; y también, como siempre, se desbordó el optimismo y la falsa modestia del primer mandatario hidalguense.
Sin embargo, Olvera olvido comentar algunas cosas transcendentes para aquellos que vivimos en esta entidad. Por ejemplo, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) el estado de Hidalgo ocupa el lugar 24 de los 32 estados de la República. Es decir, nuestra entidad no es capaz de atraer y retener talento e inversiones. Encabezando esta lista se encuentra: la Ciudad de México, Baja California Sur, Aguascalientes, Nuevo León y Querétaro. Quizá por esto, nuestro estado vecino (Querétaro) tiene según su página web: 35 parques industriales. Mientras que Hidalgo cuenta con la módica cantidad de siete parques.
En los subíndices que mide IMCO para analizar la capacidad competitiva de los estados, Hidalgo no figura en los primeros lugares de ninguno de ellos. Salvo en el caso de Sistema de Derecho Confiable y Objetivo donde se sitúa en la quinta posición a nivel nacional. Sin embargo, en los otros indicadores se encuentra por abajo de la media nacional. A saber, Manejo Sustentable del Medio Ambiente (lugar 14), Sociedad Incluyente, Preparada y Sana (lugar 27), Sistema Político Estable y Funcional (lugar 12), Gobierno Eficiente y Eficaz (lugar 27), Economía Estable (lugar 10), Sectores Precursores de Clase Mundial (lugar 24), Aprovechamiento de las Relaciones Internacionales (lugar 32), Innovación y Sofisticación en los Sectores Económicos (lugar 24).
Bajo esta óptica, IMCO destaca que Hidalgo es la peor entidad del país en inversión extranjera directa neta con un valor de -0.2. Dentro del rubro patentes solicitadas por cada 100 mil habitantes de la población económicamente activa, Hidalgo no tiene registro. Es decir, aparece en cero.
Otro de los rubros que no se mencionaron tiene que ver con el índice Nacional de Corrupción que lo elabora Transparencia Mexicana. Según esta organización, el estado de Hidalgo se encuentra entre las cuatro entidades que han empeorado sus niveles de corrupción desde 2010. En su último informe, el estado de Hidalgo ocupa el lugar 28. Compartiendo los últimos lugares a nivel nacional y comparado con Guerrero, Colima y Oaxaca.
Por otro lado, según México Denuncia, el estado de Hidalgo ocupa el lugar 14 en casos de secuestro. Observándose un creciendo significativo en esta práctica delictiva.
Por último, el ingreso per cápita mensual por entidad federativa ubica a Hidalgo en el lugar 28 a nivel nacional según SEDESOL. Es decir, los ingresos de las familias en esta entidad son cada vez menores para alcanzar un mínimo en alimentación, educación y salud.
Bajo estos parámetros, resulta indignante que el mandatario hidalguense sólo mencione cifras alegres que obedecen a criterios políticos más que a una realidad concreta que vive la población del estado.
Por gracia o por desgracia, este gobierno que termina será recordado por la ineficiente operación del Tuzobús, por el ambicioso proyecto de la ciudad del conocimiento que camina con lentitud, y sobre todo, por la sombra política que ejerció el titular de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong en la administración local.
En su despedida, Olvera se comprometió a ser un ex gobernador respetuoso y prudente de las decisiones del gobierno que inicia. Ese mensaje en realidad significa que terminando su gestión, Olvera Ruiz, no tendrá ninguna influencia política en la entidad. Nada nuevo para los hidalguenses quienes fuimos testigos de su reducida capacidad de influencia política en su gobierno. Lo anterior, debido a que todo se operó y resolvió desde la Secretaria de Gobernación en manos de otro ex gobernador del estado de Hidalgo
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