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jueves, noviembre 21, 2024

El rompimiento

Francisco Olvera Ruiz, gobernador de Hidalgo de 2011 a 2016. FOTO: El Nuevo Gráfico
Francisco Olvera Ruiz, gobernador de Hidalgo de 2011 a 2016. FOTO: El Nuevo Gráfico

PACHUCA, Hidalgo. —Hace unos días, funcionarios del gobierno estatal convocaron a una rueda de prensa para anunciar que el ex gobernador, Francisco Olvera Ruiz dejó a su sucesor, Omar Fayad Meneses, una deuda de 14 mil 834 millones de pesos. Cifra muy superior a los 4 mil 200 millones que Olvera reconoció en agosto pasado. Además de que existe una gran diferencia entre lo anunciado y lo encontrado meses después. Quizá lo más grave es que de ese monto, no existe registro del uso de 5 mil 196 millones de pesos.

Es decir, se detectaron adeudos (mayores a los declarados) en todas las dependencias por concepto de impuestos al Servicio de Administración Tributaria (SAT), al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y a otras empresas aseguradoras. Lo cual, de entrada no representa un sano manejo de las finanzas del gobierno anterior. Es decir, se dejó de pagar con la vagabunda idea de que otra persona pague después. Acto absolutamente irresponsable.

Pero si lo anterior no fuera suficiente, existen otros adeudos que no fueron “debidamente justificados” por la cantidad de 5 mil 579 millones de pesos. Para darle su justa dimensión a este adeudo basta recordar el actual caso de corrupción más citado en el país. Me refiero al de Javier Duarte acusado por un desvío de recursos por cerca de tres mil millones de pesos. Bajo esta óptica, Duarte se queda corto con los faltantes que ahora tienen las arcas del estado de Hidalgo.

Pero ahí no acaba la historia. Por raro que parezca el propio gobernador Fayad declaró en medios al otro día “el tema de la deuda pública está clasificado en el grupo no problemático y manejable de deudas que no excedieron lo que a nivel nacional se presentó en otras entidades”; y remató “al tener el monto total de la deuda pública que asciende a 14 mil 834 millones de pesos, de los cuales mil 400 millones los pagará Petróleos Mexicanos (Pemex) a 20 años, haremos lo que tengamos que hacer como refinanciar, reestructurar y pagar”.

Actualmente, aseguró, “me toca la parte de negociar con la Secretaría de Hacienda que esos créditos fiscales que nos fincan, nos quiten cuando menos recargos o lo que la ley permita”.

Por tanto, lo que tenemos al final del día es un mensaje desafortunado. Porque por una parte se señala un adeudo considerable a las finanzas del estado y se señala a los “posibles responsables”. Pero, a su vez, se pronuncia el actual gobernador con la disposición de negociar y pagar lo adeudado. Lo anterior confunde al más enterado.

En el fondo de toda esta nube de polvo queda algo muy claro. Existe un rompimiento entre las dos administraciones locales. Eso nadie lo puede negar. Por otro lado, hay un doble criterio (incluso diría estratégico) de parte de la actual administración. Por un lado se manda un mensaje fuerte y claro a todos aquellos que tienen pendientes. La consigna es: detectamos faltantes en todas las dependencias (tenemos la información). Así que más vale que se mantengan en alerta. Por otro lado, el mensaje a la ciudadanía es que este gobierno va por los corruptos vengan de donde vengan. Algo que se capitaliza políticamente muy bien.

Sin embargo, se queda un sabor amargo en la boca si los señalamientos de malos manejos en las finanzas del Estado se queda en el terreno del anuncio. Como mera anécdota. A más de uno nos gustaría ver acciones más concretas encaminadas a llevar a juicio a quien resulte responsable de aquellos adeudos al erario público.

Vale la pena subrayar que casos de personajes que se enriquecieron al amparo del poder y con la venia de la pasada administración son muchos. No estaría mal que uno que otro pagara por aquella conducta indebida.

lore750715@gmail.com
@2010_enrique

Enrique Lopez Rivera
Enrique Lopez Rivera
Politólogo hidalguense, doctor en Estudios Sociales. Autor de la tesis "En busca del ciudadano perdido, participación y abstencionismo en una provincia mexicana" (España) y coautor del libro "La reconfiguración de la hegemonía priísta, una lectura desde al ámbito local" (Plaza y Valdés, México). Columnista.

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