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jueves, abril 18, 2024

¿Todo por unos pinches patos?

“Los empresarios no estamos defendiendo uno u otro proyecto, estamos defendiendo un modelo de nación”, dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial varios minutos después de que López Obrador lo hiciera con relación a los resultados de la consulta que da por rechazada la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco. “Estamos defendiendo un modelo de nación”, dijo y repito tal declaración porque ese es precisamente el fondo el asunto cuando hablamos de la #ConsultaNAIM: el modelo de negocio de los hombres de corbata, dista mucho de lo que votamos este fin de semana.

Yo voté temprano, con algo de frío y con cierta incertidumbre sobre los resultados ¿De qué servirá todo esto? No tenía garantías y, sin embargo, marqué por la opción de Santa Lucía, gustoso, no porque tenga mis dólares invertidos en ello, sino porque por primera vez una administración me consulta sobre un proyecto que impactará mi forma de vida. Antes que eso fueron los muertos y las violaciones de Atenco del año 2006, la manera en cómo el Gobierno preguntaba a la gente: ¿estás de acuerdo con que nos valga madre lo que opines sobre el nuevo aeropuerto? Tome su toletazo.

Personalmente creo que no necesitamos aeropuerto, como no necesitamos más automóviles (escribí hace una semanas sobre eso en mi blog), pero la consulta fue valiosa para mí por el simple hecho de serlo. A votar fui con mi sobrino y el impacto cultural es enorme porque a este imberbe de 16 años se le demostró que en México la democracia directa es posible, y no estamos condenados a pagar continuamente con sangre las imposiciones de una plutocracia, tal cual él ha aprendido en sus clases de historia que así ha sido en este país a lo largo de 500 años.

AMLO votando en la Consulta

Y otra cosa: Ahora resulta que a los “grandes mercados” les preocupan los 45 mil empleos que se perderían con la cancelación de Texcoco. Pero algo no me cuadra. Tengo varios amigos por la zona, y esos amigos tienen familiares trabajando como peones en las obras del hoy fallido nuevo aeropuerto. A algunos les pagan seis mil pesos al mes pero con recibos de honorarios, lo que significa que le dan a Hacienda casi el 40 por ciento de su salario en impuestos, más lo que le toca al contador, lo cual apenas les da para comer y para pasajes. Además, no hay contratos. Otro además: les hacen pagar un seguro de vida que ni siquiera es IMSS, según me cuentan. Pero no todo es así, mi amigo Rubén realmente se ve afectado por el desistimiento de la construcción. “¿Todo por unos pinches patos?”, refunfuñó al tiempo que entendía que deberá trasladar su carro de tacos de canasta a otro lado ¡¿Cuantos más, Obrador?!

Está bien que no se haga Texcoco. A mi me registraron ahí y de mi infancia texcocana lo único que recuerdo es mucho cemento y olor a caca. En las monografías se decía que ahí había un lago, pero de agua sólo recuerdo las lluvias ácidas que alentaban el paso de los guajoloteros. Pero eso no lo ve un magnate que reparte su tiempo entre Nueva York, España e Interlomas. Su modelo de país no es modelo sino una fórmula bursátil. Nuestro modelo, el del México real, es de la supervivencia; el de aprovechar cada mecanismo existente para participar en cada consulta sobre asuntos públicos, por una sencilla razón: Nosotros y los patos aquí vivimos.

Beto Rodríguez Ángeles
Beto Rodríguez Ángeleshttp://viejopunk.com/
Periodista y escritor. Premio Nacional de Periodismo en derechos humanos "Gilberto Rincón Gallardo" 2009. Doctorante en Investigación y Creación Literaria por Casa Lamm.

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