La polémica se desató tras el llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador al reino de España para pedir perdón a los pueblos originarios de México tras la Conquista de 1521. En las redes sociales no faltaron las burlas, aunque también las expresiones de apoyo a los que el presidente mexicano llamó una necesidad de reconciliación histórica; un hecho inusitado en la vida política nacional.
Por eso era importante para mi salirme del ruido infame de las redes sociales y la comento-dictadura, y acudir donde un verdadero experto para hablar de este temas. Busqué a Raúl Macuil, historiador, doctor en Arqueología por la Universidad de Leiden, Holanda, pero más importante aún, nahua-hablante, miembro de una población indígena de Apizaco, Tlaxcala.
Macuil se muestra a favor de la petición que hizo López Obrador, y más aún, explica que “algo así se esperaba desde hace ya bastante tiempo”.
“Es el reclamo de un pueblo que se siente bastante herido aún. La herida está abierta y no ha cicatrizado. Para gente que no es miembro de un pueblo indígena diría que esto es propaganda, para qué revivir algo que ya pasó, pero para los pueblos indígenas es algo bien importante, la memoria histórica que se conserva y se preserva, la transmisión del conocimiento de la lengua, la cultura. Pero también de una herida que, si bien yo no fui afectado, pero sí mis ancestros”.
López Obrador pretende arribar al aniversario quinientos de la caída de Tenochtitlan, tomada como fecha de la Conquista española, con un acto –dijo–, de “reconciliación histórica”. Para ello, envío sendas cartas al reino de España y a El Vaticano, proponiéndoles sumarse a esta conmemoración mediante un acto de perdón hacia los pueblos originarios por “los agravios cometidos” por la corona y por la Iglesia.
Este llamado sí representa a las comunidades indígenas –sostivo Macuil–, “porque se está teniendo una revisión histórica del pasado, que vivimos, que es lo que somos y los agravios que vivieron mis ancestros y los ancestros de los demás pueblos indígenas”.
“Es un llamado legítimo porque otros gobiernos del mundo han pedido disculpas por el holocausto. ¿Por qué no pedir disculpas por el genocidio que sucedió en el siglo XVI? ¿Por qué se le da más importancia al gobierno alemán que pidió disculpas por la matanza de judíos, y por qué no darle importancia a un gobierno que está mirando a los pueblos indígenas? ¿Por qué se le critica y se le avasalla tanto?”.
Ante los ataques contra López Obrador por esta solicitud al reino español, tanto por españoles como por mexicanos, Macuil resalta el racismo que aún permea en México.
“Habrá quien diga que no tiene sangre indígena que tiene más sangre española, pero eso habla también una mente bastante colonizada. Nosotros venimos de un país de riqueza, pero nos vemos a nosotros mismos como inferiores y hasta como feos porque el ideal de belleza es europeo, blanco, ojos azules y nos vemos al espejo y quisiéramos ser como los del norte o los europeos. “
Reescribir la historia y dejar el racismo
Raúl Macuil hoy se desempeña como investigador del Centro de Investigaciones Históricas y Culturales de la Secretaría de Cultura de Hidalgo. Su habla es pausada, y reflexiona cada comentario antes de expresarlo. Un libro abierto, lleno de subrayados, se queda reposando en su escritorio para entonces salir y acceder a esta conversación. Recién llega de Holanda porque le pidieron su análisis sobre una exposición sobre cultura azteca que está a punto de montarse en Europa.
Este asunto del perdón por las atrocidades de la Conquista, es para él una oportundiad para repensar el pasado y reescribir la historia:
“Estamos en tiempos muy propicios para repensar nuestro pasado y reescribir la historia. Se debe mirar a los pueblos indígenas sobre como actuaron, como pensaron y como sintieron la colonización. Por ejemplo, casi siempre se habla de los aztecas como los que combatieron y los que cayeron por lo que se conmemora la caída de México-Tenochtitlan, como si en automático en 1521 hubieran caído todos los pueblos indígenas y no, el pueblo maya y el pueblo yaqui estuvieron luchando hasta el siglo XIX; el último pueblo fue sometido hacia 1830 en el norte. Los pueblos mixes en Oaxaca nunca fueron conquistados y la Iglesia llegó ahí hacia 1910. Hay que hacer una revisión general sobre el proceso de conquista, el proceso de evangelización y el proceso de explotación”, dijo.
Para él, la reconciliación histórica que plantea el presidente López Obrador sí es posible; pero tiene una importancia mayúscula: es para México la oportunidad de cerrar la herida “que aún se encuentra abierta, ya no sangra, pero afecta mucho”
“Uno como indígena está bien consciente de su pasado. Porque nuestros abuelos, los abuelos de nuestros abuelos nos lo han transmitido, pese a la educación que hemos recibido. Si logramos la reconciliación con nosotros en el pasado y con nosotros en el presente, ser menos racistas, ser menos lascivos en el lenguaje con gente que viene de los pueblos, si nos reconciliamos así entonces podemos ver un futuro mejor. Porque entonces estamos creando una sociedad menos racista, entonces estaríamos creando una sociedad donde el color de la piel no importa”.