El 10 de marzo de 1920, ochenta y siete mineros murieron calcinados tras el incendio de la mina El Bordo, perteneciente al entonces distrito minero de Pachuca y Real del Monte.
Por los hechos, la Fundación Arturo Herrera Cabañas –organización pachuqueña dedicada al rescate cultural y patrimonial–, rememora lo ocurrido, apuntando sus dudas sobre la presunta inocencia de la Compañía minera.
Con base en la recuperación de hechos realizada por el escritor hidalguense Yuri Herrera en su libro «El incendio de la mina El Bordo» (Perfiférica, 2018), no existen registros de que el director o el gerente de la mina bajaron a salvaguardar la integridad de los mineros cuando ocurrió el incendió, lo cual contradice la versión oficial.
Al paso del tiempo, la tragedia de El Bordo sigue arrojando algunas «coincidencias y contradicciones», sobre lo que verdaderamente ocurrió.
El histórico incendio de la mina El Bordo comenzó a las cuatro horas de aquel diez de marzo cuando los trabajadores percibieron un olor a humo que provenía de uno de los niveles. Confirmando que varios niveles de la mina se incendiaban, comenzaron la evacuación de los trabajadores, desde el fondo de la mina, en tandas de diez. Pero los trabajos de rescate se suspendieron tres horas después cuando el superintendente J.F. Berry así lo ordenó. Según él, sólo diez mineros habían quedado atrapados pues había visto salir al último de los trabajadores, argumentando que, de todos modos, estos habrían muerto luego de cinco minutos de respirar gases carbónicos.
Pero seis días después, cuando lograron abrir el tiro de la mina, descubrieron que no habían sido diez sino ochenta y siete los mineros fallecidos. Al paso del tiempo, la tragedia de El Bordo sigue arrojando algunas «coincidencias y contradicciones», sobre lo que verdaderamente ocurrió y aún permanece velado.
