¿Sí se acuerdan que ésta columna originalmente era sólo de sexualidad? La empecé a escribir hace 20 años, cuando llegó el diario Síntesis a Hidalgo. Luego de que saliera Aída Suárez de ésta publicación, salí con ella. Pasaron muchos años y ahora con mi querida amiga Georgina Obregón como directora, pues regresé, ésta es la columna número 81 de la nueva etapa.
Por cierto, felicidades a Síntesis por sus 20 años en Hidalgo.
Y en ésta ocasión la columna será sobre sexualidad, es que en un momento dado, me parecía absurdo escribir sobre penes y vaginas cuando estaban matando a 9 mujeres por día. Total que éste espacio ha devenido en una suerte de miscelánea y me he sumado a los equipos de SemMéxico que dirige Sara Lovera López y Desde Abajo, que coordina Luis Alberto Rodríguez, me siento muy contenta de estar en estos tres espacios.
Pero hablemos de sexualidad: Creo que nos les platiqué que a finales del 2018 y principios del 2019, tomé un seminario sobre “Inteligencia Sexual y Couching en Sexualidad”. ¡Fue todo un descubrimiento! Yo creí que sería más de lo mismo, pero no.
El seminario inició con ésta oración lapidaria:
“La sexualidad, es una construcción social y cultural, en consecuencia hay que ver la sexualidad desde el análisis de género e interseccionado con un enfoque de derechos humanos y diversidad, por lo tanto; todo tiene el mismo valor y por lo tanto todo merece el mismo respeto, siempre y cuando no violente los derechos humanos de las y los demás”
El enfoque es totalmente desde el feminismo, y créanme es otra cosa, es que yo como feminista no había volteado la mirada a la sexualidad. De inmediato me hizo ¡click!
Fueron varios los temas principales; sólo les presento aquí la definición de uno de ellos:
“La Inteligencia sexual es el conjunto de recursos internos que te permiten relajarte, estar presente, comunicarte, responder a los estímulos y crear una conexión físico-emocional con tu pareja. La inteligencia sexual se manifiesta como la habilidad para crear y mantener el deseo en una situación que dista de ser perfecta o cómoda, además de la capacidad de adaptar tu cuerpo cambiante y estimular la curiosidad y la apertura mental sobre lo que significa el placer, la intimidad y la satisfacción, además de la habilidad para adaptarse cuando las cosas no son como esperabas”.
Por supuesto reflexionamos incluso sobre la necesidad de democratizar la sexualidad y terminar con la dictadura del pene. Cuando conviertes la información en conocimiento y el conocimiento en acción, empiezas a ver con otros ojos por supuesto entiendo que mi mirada cambió a raíz de que tome el curso.
El jueves pasado en un lugar de Pachuca se realizó la pre-fiesta del Libido Fest, que se llevará al cabo en los próximos días. Había que ir de calzones al festival. Eso es una inocentada, lo interesante fue el desarrollo del evento. Todo el ambiente, la concepción, la vivencia y sobre todo lo simbólico reflejaron una sexualidad heteronormativa y hegemónica, ¡ahí si vi la dictadura del pene!
Pero bueno, no tenía por qué esperar más sí la sexualidad humana y los estudios de sexualidad en México parten de una visión precisamente hegemónica y heteronormativa. Mis queridísimas amigas de SEIINAC, tienen mucha información sobre sexualidad, pero desde éste punto de vista.
Varias queridas y queridos amigos están en la organización del Libido Fest, todavía hay tiempo para echarle un vistazo a lo que se presentará y cómo se presentará en las diversas actividades.
Termino la columna con dos citas de Silvia de Béjar. “Hay que tener presente que el modelo actual de sexualidad no hace sino reflejar el lugar que ocupamos las mujeres en la sociedad”.
“No es lo mismo practicar el sexo, que disfrutar de él”.
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