De todo sale algo bueno. Que hayan desechado la iniciativa que despenalizaba el aborto en Hidalgo, podrá ser la oportunidad de aislar al grupo universidad o Sosa Nostra. No me refiero sólo a lo que toca a Morena. Este partido deberá expulsarlos si tiene un mínimo de vergüenza. Me refiero a toda la sociedad política. Organizaciones, gente de los partidos, de los gobiernos, activistas. Tienen que repudiar todo lo que provenga de esa facción. Llevan décadas pudriendo los asuntos públicos. Tienen sumida en corrupción y mediocridad a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Si la UAEH sobrevive es gracias a sus estudiantes y docentes. Echaron a perder al PAN, a Movimiento Ciudadano, al entonces partido Alternativa Socialdemócrata. El PRI local fue humillado en las urnas cuando Gerardo Sosa fue su presidente. Revivieron en Morena porque el «superdelegado» Abraham Mendoza les abrió las puertas. El también debe irse. Al boicotear la despenalización del aborto le recordaron a Hidalgo que desprecian los derechos humanos. No tienen moral o ideales; sólo intereses. En realidad, un interés: obedecer los deseos de su cacique. Mientras tengan influencia política, cargos y dinero público, Hidalgo seguirá en el oscurantismo.