Si tuviera que escoger uno de los logros de la administración de Omar Fayad, me quedaría con su notable capacidad de convertir al gobierno federal en un aliado, a pesar de no compartir partido. Dudo que alguno de los ex gobernadores pudiera lograr esto. Por mencionar un ejemplo, la anterior administración de Francisco Olvera sufrió en serio para obtener recursos, a pesar de que, en teoría, el gobierno de Peña Nieto era un aliado (y los pocos que obtuvo fueron a parar a lugares oscuros, tanto, que hoy están procesados sus funcionarios: el ex tesorero de la SEPH, Pablo Pérez Martínez y el ex director de Radio y Televisión, Sergio Islas Olvera, ambos por peculado). ¿Qué hubieran hecho los ex mandatarios si enfrente tuvieran al presidente López Obrador? Cuesta imaginar algún éxito similar al de Fayad, quien este fin de semana realizó una intensa gira de trabajo con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, desde Pachuca hasta la Huasteca. La buena relación entre Fayad y Herrera no es casual, sino fruto de muchos años de colaboración, desde que el hoy gobernador era discípulo de Arturo Herrera Cabañas, quizá el más ilustre de los gestores culturales que ha tenido el Estado, padre del actual titular de la SHCP. Ambos crecieron en la mejor cuna política: la cultural, y tomaron caminos distintos pero exitosos, al punto que hoy coinciden para bien de Hidalgo. «El presidente López Obrador no tiene críticos en el gobierno de Hidalgo sino amigos y colaboradores», dijo el mandatario durante la gira con Herrera, oriundo de Actopan. Antes de que termine el sexenio verá la luz la nueva carretera hacia la Huasteca, un viejo anhelo que no pudieron cumplir anteriores administraciones. Por lo que debe decirse, pues, que si hoy pueden contarse estos logros es por la buena política de Omar Fayad, quien ha colocado a Hidalgo como uno de los Estados consentidos del Gobierno de México.