Nací en 1980… durante los últimos 20 años, me han cambiado la pertenencia generacional: primero, decían que era remanente de la Generación X … después me clasificaron como “Xennial”, porque nací en esos 4 años perdidos entre la X y la Y… hoy simplemente se quitaron de problemas y me clasifican como Millenial, los más viejos de dicha generación. A lo largo de mi adolescencia y “adultez joven” hice todas esas cosas propias de las industrias culturales de mi coyuntura: veía caricaturas cínicas como Animaniacs, y otras más trasgresoras como Ren y Stimpy y South Park; escuchaba Rock, Metal y Grunge; gritaba “puto” en los bares y fiestas al compás de las canciones de Molotov; bebía como degenerado y en mis mañanas posteriores de resaca, me relajaba viendo las repeticiones de Friends… todo eso fue normal… todo eso fue divertido… pero lo cierto, es que no eran necesariamente cosas buenas o productivas…
El cinismo y la apatía siempre fueron las banderas de las dos generaciones en las que quedé atrapado. Nosotros no queríamos cambiar la mundo, no queríamos salvarlo… queríamos que éste se jodiera, y ya… nosotros fuimos la razón por la cual Lipovetsky escribió “La Era del Vacío”: narcisistas sin respeto por el pasado y sin valoración por el futuro… nosotros fuimos los que vivimos con el ideal de dejar atrás este mundo de sufrimiento como Kurt Cobain, los que vivimos bajo el lema de vida de “I hate this world, I hate myself and I want to die” … nosotros queríamos ver el mundo arder bajo un sol de hoyo negro, y regodearnos en nuestra melancolía e infinita tristeza… y por todo ello, nuestros padres nos criticaban, nos decían que éramos unos huevones y llorones, porque ellos se partían el lomo trabajando 60 horas a la semana para dizque ser clasemedieros (cosa que hoy queda claro que nunca fueron) y nuestros abuelos nos decían que éramos unos “blandos maricones” porque ellos vivieron guerras, madrearon hippies, hicieron servicio militar, tenían hijos regados por todos lados, y mantenían a raya a nuestras abuelas de esas ideas locas de “divorciarse y ser igual que uno”…
Fuimos estigmatizados, atacados, criticados por abrazar nuestra tristeza y depresión por el mundo… y al final, todo eso se nos olvidó…
Se perdió nuestro olor a espíritu adolescente, y se nos olvidó nuestra furia contra la máquina / sistema … hoy traicionamos nuestro dolor que tanta catarsis nos dio evitando ponernos el escopetazo / sobredosis que fantaseábamos… hoy somos quienes replicamos todo ese discurso de odio contra una generación que no entendemos, y no la entendemos porque nosotros nunca quisimos salvar al mundo, solo queríamos que nos dejaran en paz… y las y los últimos Millenials, y Centennials creen, al igual que nosotros, que el mundo donde vivimos nuestra juventud, está jodido, pero ellos y ellas, sí quieren hacer un cambio, no solo quieren que el mundo les deje en paz, sino combatir ese mundo jodido que a nosotros se nos olvidó cambiar en el camino hacia nuestra adultez.
Es por eso que les odiamos, y les criticamos, porque estas nuevas generaciones decidieron dejar de encerrarse en su dolor e insatisfacción por el sistema, y decidieron que ha sido suficiente: suficiente de que el lenguaje y role models excluyan a medio mundo; ha sido suficiente de que las caricaturas usen a las minorías para estereotiparlas y burlarse de ellas; ha sido suficiente de música que, para trasgredir o escandalizar, necesite hacer apología de la homofobia, la misoginia y la pederastia; se cansaron de que sus industrias culturales reflejadas en sus series de TV sean solo una representación de los problemas del primer mundo de un montón de blancos privilegiados…
Aceptémoslo: Animaniacs, Ren y Stimpy y otras, siempre fueron caricaturas simplistas y/o de mal gusto; Molotov siempre fueron grandes músicos, pero que usaron ese talento sonoro para cantar “Perra Arrabalera” y “Puto”; prácticamente todos los personajes de Friends siempre fueron personas horribles… Odiamos que nombren a Bad Bunny el compositor del año en 2020, pero Molotov, Control Machete, Guns n’ Roses, Motley Crüe, y un sinfín de bandas de rock que escuchaba nuestra generación, cantaban cosas igual de vulgares, ridículas, misóginas y hasta feminicidas, que los reggaetoneros.
Todo era así de jodido… pero era “divertido” … y nosotros solo queríamos desconectarnos de un mundo que odiábamos tanto como creíamos que éste nos odiaba de vuelta, por lo que todo aquello que ofendiera (fuera correcto o no) nos encantaba: no por bueno, no por profundo… simplemente porque queríamos joder y escandalizar al establishment.
Los productos de entretenimiento de la actualidad están intentando no ser así (con mucho que criticarles también, es cierto; con batallas ganadas en cine, TV, o comics; y otras perdidas como en la música urbana / popular), y nuestras obsoletas mentes grungeras no pueden soportarlo: porque se nos olvidó pelear, y ahora vemos con rencor a quienes – en mayor o menor media, con mayor o menor argumentos – sí lo está haciendo… dichos productos de entretenimientos nos duelen, nos ofenden, nos molestan, ridículamente les llamamos productos con “agendas progres” cuando solamente han dejado de ser para las sociedades dominantes e intentan ser para todas y todos … pero se nos olvida que ya NO están hechos para nuestras viejas generaciones… nos ofende que nos dejen fuera, que no respeten nuestro pasado, pero lo cierto, es que ya no somos el target de las industrias culturales…
Así que sí mis queridos Boomers, Gen X y primera ronda de Millenials: la generación de cristal, eres tú, soy yo, y el resto de tu gente contemporánea:
Tú eres quien vive ofendido por lo que no entiende, por lo que cambia, por lo que va en contra de tu forma de pensar, por todo aquello que exhibe nuestro fracaso generacional, nuestra trivial rebeldía adolescente casi inocente, y evidencia que nuestro reclamo social se limitó a hacer apología de la discriminación y la escatología…
Eres tú quien no soporta que alguien quiera cambiar al mundo en vez de hundirse en depresión como lo hacíamos en nuestra juventud; porque por cada expresión en redes que hay cuestionando la normalización de la violencia y discriminación en la que vivíamos, hay como otros 100 post de gente de nuestra edad quejándose de la posmodernidad que no entendemos (no me crean, solo busquen en su redes los trending topics de cada uno de los ejemplos de este texto, y verán que son una enorme mayoría quienes se quejan de quien cuestiona, sobre la minoría de quienes están cuestionando… es decir, hacemos más escándalo nosotros, que los últimos Millenials y los Centennials).
A nosotros nos ofende el pensamiento progre, no ofende que las nuevas generaciones cuestionen, nos ofende que alguien no siga consumiendo nuestros anacrónicos gustos y preferencias, y que ya no seamos el centro de la atención de un mundo que adorábamos que nos odiara… ahora nos convertimos en nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, de mente cerrada, moralina y espantada por lo que no entendemos…
Nosotros, los de treinta y tantos para arriba, pasamos más tiempo ofendidos, que los que llamamos ofendidos…
El mundo está cambiando y las viejas mentes ya no tienen cabida en él… es ahora de entender que nuestras generaciones desperdiciamos la oportunidad de cambiar al mundo y, al final, simple y sencillamente perdimos la batalla, porque el mundo fue el que terminó cambiándonos… ahora somos esa máquina contra la que hay que tener furia, ahora somos ese sol de hoyo negro que no quiere llevarse la lluvia; ahora somos quienes hacemos que el mundo sea un vampiro; somos esa decadente y neoliberalista evolución, baby… ahora somos quienes huelen el espíritu adolescente de lejos, y nos provoca náuseas…
Perdimos… es hora de dejar de estorbar ofendiéndonos porque a las nuevas generaciones no les gusta lo que a nosotros sí, y permitir que alguien más intente luchar contra un mundo que no fuimos capaces de transformar…