Luego de la aprehensión del cacique de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán, por lavado de dinero, elementos de la dirigencia estatal de MORENA parecen decididos a erradicar toda presencia de sosismo entre sus filas. En palabras del integrante de esa colectividad, Andrés Caballero, revisarán la influencia de Sosa Castelán en la selección de candidaturas a las presidencias municipales y darán los pasos necesarios para bajar todas aquellas afiliadas al grupo universidad, comenzando con la de Damián Sosa Castelán, quien está nominado a la alcaldía de Tulancingo; la de Ricardo Baptista Gonzalez, quien busca el Ayuntamiento de Tula; y por supuesto, la de Areli Maya Monzalo, quien fue inscrita a competir por Mineral de la Reforma y sobre quien pesa, además, la aprehensión de su esposo, R.C.B., exalcalde de esa demarcación, por uso indebido de funciones y malversación de al menos diez millones de pesos. La limpia sosista estaría respaldada por el dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien el pasado lunes tuvo que soportar las amenazas de la facción de la Sosa Nostra en el Congreso del Estado. Ese grupúsculo de legisladores amagó con abandonar el grupo parlamentario de Regeneración Nacional si su amado líder, Gerardo Sosa, no era liberado por los cargos federales que se le imputan, como si esto fuera competencia de un partido político y no de la Fiscalía General de la República. De tal manera, la vocera de MORENA en Hidalgo, Lizbeth Serrano, envío un comunicado pronunciándose contra «toda forma de cacicazgo» en esa organización. Solo falta conocer la postura del secretario de organización, Enrique Cadena, y de Formación Política, Carlos Mendoza, quienes no habían ocultado en el pasado su conformidad con las prebendas del grupo universidad en el morenismo local. La fecha límite para bajar las candidaturas de la Sosa Nostra es este viernes cuatro de septiembre, cuando el consejo general de Instituto Estatal Electoral sesionará para validar los registros.