La alianza entre el PRI, PAN, PRD y PESH para las elecciones locales y federales al Congreso ha caído muy mal entre la militancia priísta. Sabedores de que los éxitos en las elecciones municipales los consiguieron solos, ven en dicha coalición una afrenta a sus capacidades por parte de la dirigencia nacional. En efecto, fue la dirigencia nacional del PRI la que impuso al priismo hidalguense una alianza con esos a quienes derrotaron, y de qué manera. No obstante con su afán de poder y sin confiar en sus propios recursos, el Comité Nacional tricolor compró la necedad de los multimillonarios Gustavo de Hoyos y Claudio X. González (este último dejando su impronta en la ya nombrada Alianza X, o Va X México) y entregó su partido a los ricos. Nada, pero nada de nada, tienen qué ver estos empresarios de mimosas y langostas con los campesinos de Chapulhuacán, por ejemplo, que han sostenido al PRI a fuerza de ímpetu y organización. Al contrario, fueron esos priistas quienes rescataron a su partido de los que lo saquearon y hoy pretenden volver por la puerta de atrás y con las siglas del PAN o del PRD que se han cansado de acusarlos de enemigos. Dice que la base tricolor que tal afrenta no quedará sin respuesta. Que saben bien quien tiene la culpa.