Excluyente quiere decir que separa, que a unos los pone en un lado y convierte un bien en exclusivo de unos cuantos. Eso no puede pasar con el transporte público. Jamás. La tragedia de la Línea 12 debió enseñarnos que, sin transporte público efectivo, la gente derramará sangre de una u otra forma. Entonces los taxis como los camiones deben ser púbicos, de calidad, accesibles y para todos. Por una razón: la transportación pública es un derecho, no un privilegio.