Como una olla que al hervir no suena, pero bien que calienta, así, la sucesión a la gubernatura de Hidalgo, ya está prendida. Nos guste o no, hemos entrado ya a la primera etapa del episodio electoral que concluirá en julio de 2022. Abajo, donde arde la hornilla, todos los personajes que aspiran a ocupar la primera magistratura ya conformaron sus equipos. Loa cafés políticos están llenos. Las llamadas telefónicas no cesan. Los pasillos burbujean con chismes, versiones y presunciones. No faltan quienes creen tener la verdad en el bolsillo. Sacan su carta y la presumen: ¡Esta es la buena!, dicen con las pupilas dilatadas y la boca tronando baba en una sonrisa. Pero, a estas horas, se ceban todos los cerillos. Todo es presunción, de unos más que otros. Aunque ya empezó a calentar, a estas horas el fuego todavía está bajo. Quienes se adelanten, se quemarán. Quienes se crean ya invitados a comer, se quedarán sin plato. Es arte de los buenos dientes reconocer el momento indicado para sentarse a la mesa. Porque acá, sigue teniendo la sartén por el mango quien sigue y será gobernador hasta las fechas del banquete, Omar Fayad, el cocinero. De modo que vale la pena llamar a los trogloditas a no comer ansias, o se van a empachar.