El gobernador Omar Fayad está a punto de cerrar la cortina de su administración, cuyo mayor desafío según sus propias palabras, fue la pandemia originada por el Covid-19.
Todavía recuerdo con claridad el acto en el que rindió protesta como mandatario en el teatro Gota de Plata, en el año 2016, y que fue un preludio de lo que sería su gestión.
En aquel mensaje del arranque de su gobierno, Fayad anticipó que no se quedaría en su oficina y que despacharía desde las distintas regiones de Hidalgo. Dijo que revisaría de cerca a sus secretarios y que aquel que no diera resultados, sería echado del gabinete, lo cual no ocurrió, o al menos no de manera explícita, pues nunca se dijeron los motivos de la salida del primer titular de Salud, Marco Antonio Escamilla, justo al inicio de la emergencia sanitaria.
Como todos los que ascienden al poder, Fayad llegó con muchos planes y proyectos para cambiar la realidad de la entidad que le tocó gobernar. Y una de sus primeras acciones fue buscar diferenciarse respecto de sus antecesores.
Al inicio de su administración, llamaron mucho la atención las acciones que emprendió para investigar desvíos de recursos ocurridos en la gestión de Francisco Olvera, lo que llevó a la detención de ex funcionarios de la Secretaría de Educación Pública y del Sistema de Radio y Televisión de Hidalgo. Con ello, Fayad rompió lo que parecía un pacto no escrito entre los gobiernos entrantes y salientes.
También redujo la nómina estatal, lo que atizó la animadversión que ya le guardaban ciertos grupos al interior de su partido, el Revolucionario Institucional.
Durante su administración, Fayad se enfocó en atraer inversiones del sector privado a la entidad, por eso no dudó en presumir en su sexto informe de gobierno los 69 mil millones de pesos que llegaron a Hidalgo en el tiempo que estuvo como jefe del ejecutivo estatal.
En materia de seguridad pública, el mandatario destacó la construcción del Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i), y que en su gobierno se pasó de tener 66 cámaras de video vigilancia a 13 mil 16 en todo el estado.
No obstante, el mandatario no habló de que justo en los últimos años el índice delictivo incrementó en la entidad principalmente por la operación de bandas especializadas en robar hidrocarburos y que mantienen a Hidalgo en el primer lugar nacional en ese rubro.
Fayad entregará el poder al morenista Julio Menchaca este próximo 5 de septiembre y no sabemos aún si en este proceso de transición hubo ya algún caso de desvío que vaya a terminar con algún funcionario tras las rejas. Lo que hay que tener presente es que Menchaca, al igual que lo hizo Fayad al inicio de su gobierno, buscará diferenciarse de su antecesor, máxime que será la primera administración no priista desde hace más de nueve décadas.
Entretanto, el aún gobernador Omar Fayad cerrará la cortina dentro de unos 20 días, una administración que tuvo en la pandemia un imprevisto que hasta el momento ha dejado 8 mil 274 muertes en la entidad, y que seguramente cambió todos sus planes, al igual que lo hizo con millones alrededor del planeta.
