No hay palabras que puedan describir con certeza la angustia lenta de una madre, un padre, un familiar, un amigo o amiga, que ha perdido a un ser amado. No existe suficiente mundo para abarcar su dolor y, al mismo tiempo, la esperanza que le impulsa a buscar. «¿Dónde están?», es una pregunta cuya respuesta trasciende la frontera de la vida y la muerte.
Este 30 de agosto se conmemoró el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas en el año 2010 ante los crecientes casos de desaparición forzada en el mundo, producto de la violencia, arrestos, detenciones o secuestros. Así mismo, es una fecha para acompañar a las personas que continúan buscando a sus personas queridas.
La capital de Hidalgo no fue la excepción para evidenciar que aquí también se desaparecen personas; que la lucha por saber la verdad, obtener justicia y, sobre todo, encontrarles con vida, continúa. Por eso tomaron la calle. Por eso alzan sus nombres en carteles, donde el rostro de quienes un día volverán nos recuerdan la fragilidad de la existencia. Porque volverán, sabemos que volverán.