Crónica: La MARCHA de los PATA-RAJADA

Avanzamos con el mismo paso lento de la marea. Un par de metros y alto. Otro tanto y a detenerse de nuevo en el océano obradorista. Atrás de nuestro pequeño contingente pachuqueño, marchaban unos guerrerenses: “Aquí estamos los pata-rajadas ¡Presentes!”.