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jueves, noviembre 21, 2024

Pontigo y Berganza: una ALIANZA no tan INESPERADA

Juan de Dios Pontigo es un político novato. A pesar de sus casi cincuenta y cuatro años de edad, aún es benjamín dentro de la política profesional. Esto no es malo; al contrario. Estoy convencido de que, eso que se denomina «política hidalguense», requiere voces frescas que de a poco reemplacen a los vetustos, casi siempre corruptos, referentes del quehacer público de esta entidad. Lo malo, en todo caso, es que éste diputado local parece caer en los juegos de mencionados arcaicos políticos que, para bien o para mal, le superan en recorrido. Y en mañas.

Le ocurrió en días pasados cuando optó por hacer el uno-dos con su colega diputado de vieja y malograda carrera, Francisco Xavier Berganza. Ambos legisladores, Pontigo del PRI y Berganza defenestrado de Morena, convocaron al resto de la Legislatura a crear un «bloque de contención» en contra del gobierno de Julio Menchaca Salazar.

Primero, Pontigo subió al estrado. En una maraña de citas inconsistentes que fueron de Foucault hasta los juicios de Nüremberg el diputado quiso aludir a la desobediencia (o algo así). Dijo que el Congreso debería oponerse al Ejecutivo estatal. Luego subió Berganza, fiel a su talante altivo pero insustancial, a diferencia de su novel colega priísta, sí se atrevió a mencionar a Julio Menchaca y se dio tiempo para quejarse de que no ha hablado con el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, creyéndose el ex-panista una indiscutible boya de gobernanza. Ambos, pues, querían notarse como los nuevos paladines de la oposición. Ajá.

Tal postura estridente es muy conocida en Berganza. De victimizarse ha hecho infructuosa carrera. Mas, es cierto que ha abrevado un inigualable talento para endulzar oídos ingenuos. Así consiguió ser candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Hidalgo, como antes lo fue dos veces del PAN; senador (sin trabajar) por el PRD y, claro, militante del PRI. Sin duda, un encantador de serpientes cuya melodía ahora parece convencer al priísta Pontigo. ¿O no? Al menos, la puesta en escena que protagonizaron así lo advierte.

En esta no tan inesperada alianza, en tanto que el desenfreno de Berganza encaja perfecto con la simpleza de Pontigo, hay un intento de protagonismo en un innegable contexto de cambio político. La alternancia dirigida por Julio Menchaca Salazar ha significado el reacomodo de las fuerzas políticas en el estado, en el cual pervivirán aquellas dispuestas a entender el clamor de transformación expresado en las urnas, donde el viejo régimen sucumbió tres a uno ante el hoy gobernador.

El signo no puede ser más claro. Quienes ven sumisión del Congreso ante el Ejecutivo son, otra vez, víctimas de su narcisismo. Lo que pide el pueblo es entendimiento y colaboración entre los poderes, en el afán de sacar a Hidalgo de un atraso centenario. En ese propósito, los ardides personales, o son propios de una época derrotada que se niega a lidiar con la realidad, o fatuos intentos de llamar la atención.

Alberto Rodríguez Ángeles
Alberto Rodríguez Ángeleshttp://viejopunk.com/
Periodista y escritor. Premio Nacional de Periodismo en derechos humanos "Gilberto Rincón Gallardo" 2009. Doctor en Investigación y Creación Literaria por Casa Lamm.

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