El Drag es un arte en boga, pero no es un arte nuevo. Su historia se remonta a los teatros ingleses de la época victoriana cuando, estando prohibido que las mujeres pisaran los escenarios, los hombres actuaban los roles femeninos. Así, en los programas, aparecía junto al nombre del actor el añadido «Dress As a Girl», cuyo retroacrónimo es DRAG.
Desde entonces ha sido protagonista de la historia de la diversidad sexual. En México, uno de los primeros vestigios del ambiente DRAG o travestismo, data de 1901, en la ya mítica fiesta de «Los 41» cuando, la mita de aquellos hombres gay reunidos en clandestinidad, vestían con ropas femeninas.
En la actualidad, la propagación de este arte que combina el teatro, con el canto, la actuación, la interpretación, el vestuario, el maquillaje y la escena, tiene alto valor en clubes nocturnos de casi todas las ciudades de México. En Hidalgo, algunos colectivos y ‘dragas’ independientes han mantenido el ambiente en antros de la capital, Pachuca, pero siempre confinadas a la medianoche, en la brevedad de un estrado de bar.
Por eso este evento es historia. Porque el travestismo, de la mano de la lucha de la población LGBTTTIQA+, ha derribado las barreras políticas que le impedían reconocimiento y, por primera vez en la historia de México, un gobierno financia, patrocina y organiza un Festival de Arte Drag.
La Secretaría de Cultura, a cargo de Tania Meza Escorza, junto con el Centro Estatal para la Cultura y las Artes (Cecultah), presentaron este día 28 de junio, Día del Orgullo, el Festival de Arte Drag HIDALDRAG, que reúne a las mejores exponentes del estado de Hidalgo.
Por supuesto, no nos lo podíamos perder y esto fue lo que observamos.
Texto: L. A. Rodríguez