La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, salió a defender los espacios que le corresponden a Morena en el Congreso federal, los cuales pretenden ser arrebatados por la oposición de derecha bajo el argumento de la «sobrerrepresentación».
Sheinbaum cargó contra los argumentos de los partidos de oposición y pugnó porque el Tribunal Electoral federal otorgue a cada partido político lo que le corresponde, según la Constitución.
Hay que recordar que esta es una causa en la cual también se encuentra la secretaria de Gobernación y próxima presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, y el senador César Cravioto, por cierto, delegado nacional de ese partido en el estado de Hidalgo.
Esto último es relevante porque la alta esfera de la cuarta transformación en Hidalgo parece no entender lo que está peleando la virtual presidenta.
Y es que existen un máximo de tres diputaciones plurinominales a los cuales tiene derecho Morena pero su dirigencia no quiere obtenerlas. Por sorprendente que parezca, en efecto, mientras la máxima dirigencia de la 4T nacional se bate a duelo con la oposición para defender sus derechos políticos, en Hidalgo van en contrasentido. Una total incongruencia y, posiblemente, una actitud que puede leerse como una traición a la agenda política de Claudia Sheinbaum.
Muy mal mensaje daría Morena Hidalgo tanto a la dirigencia nacional de su partido, a su base militante y a la presidenta Claudia Sheinbaum si no mete las manos y, peor, si negociara ceder esos escaños al Partido Nueva Alianza, al Verde y hasta con el PRI, con tal de cumplir ciertos pactos velados para quienes le otorgaron su confianza en las urnas. «No mentir, no robar, no traicionar» es una consigna que se repite en un suspiro; pero hay a quienes les quita todo el aliento.