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miércoles, julio 30, 2025

Gentrificación en Pachuca

Las recientes protestas en el centro de la Ciudad de México en contra de la gentrificación que ha desplazado de sus viviendas y centros vecinales a miles de familias, pone el ojo en lo que sucede en Pachuca, particularmente, en el desarrollo urbano conocido como Zona Plateada; un nudo de edificaciones de alto valor donde se concentran lugares comerciales, oficinas privadas y gubernamentales, fraccionamientos exclusivos y puntos de acceso imposible para un peatón común. Se trata de un punto de la ciudad al cual no accede el transporte público, pese a conectar con una de las estaciones del Tuzobús.

Hay que recordar que esta zona cambió la denominación de uso de suelo desde finales del sexenio de Jesús Murillo Karam y principios del de Manuel Ángel Núñez Soto para convertirse en el polígono elitista que hoy es. El propio exgobernador Núñez fue el encargado de inaugurar los primeros comercios de la zona, como el extinto banco Santander y otros negocios dentro de la Plaza Galerías. Y junto con él, dinero de privados israelíes y engañifas con bandera de inversión cultural, dijeron, levantaron el parque apodado «Ben-Gurión» que, de vocación pública sólo le quedaron las intenciones pues, por ejemplo, el museo de arte moderno que se había comprometido entonces, cayó en las manos de Jesús Martínez Patiño y su Club Pachuca, eterno socio de políticos, para convertirlo en un mamotreto de cemento llamado «museo del fútbol» cuyas ganancias son privadas.

Quien tenga suficientes años recordará todavía los campos sembrados sobre lo que hoy se denomina Zona Plateada. En efecto, esa región pachuqueña pertenecía a los ejidos de San Cayetano y El Tezontle, comunidades rurales que se conforman hoy en un círculo de marginación, al rededor de bares, oficinas secretas, viviendas de cristal y restaurantes de mil pesos el platillo, a los que muy pocas veces, por no decir nunca, podría acceder una persona trabajadora de estas colonias.

Se trata de un apartheid económico que, bajo el pretexto de un supuesto desarrollo económico, apartó a quienes poseían la tierra y vivían ahí desde los tiempos del reparto agrario. De tal manera, poco a poco la Zona Plateada ha concentrado beneficios de entretenimiento y recreación a los cuales no tienen acceso las colonias circundantes; ya no digamos el centro histórico de la ciudad que, a cambio, ha visto derruir sus lugares patrimoniales, hundirse en el comercio informal, crecer la pobreza urbana y escasear sus servicios básicos. Todo a causa de la gentrificación provocada por un núcleo de presunta plusvalía que, en términos llanos, ha significado que Pachuca se divida entre unos cuantos que tienen todo y una gran mayoría, muy poco.

Luis Alberto Rodriguez Angeles
Luis Alberto Rodriguez Angeleshttp://luisalberto.mx/
Periodista y escritor. Premio Nacional de Periodismo en derechos humanos "Gilberto Rincón Gallardo" 2009. Doctor en Investigación y Creación Literaria por Casa Lamm.

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