Se lo comenté sin ambages pues, como periodista, siempre hay que hablar y escribir de lo que realmente se piensa: «Creo que sería buen secretario de gobierno en el gabinete de Julio Menchaca». Esto, confiado en que volvería a rendir éxitos la dupla que formaron ambos políticos en la 59 Legislatura del Congreso local. Al respecto, José Antonio Rojo hizo una pausa para sonreír antes de contestar. Me parece que la afirmación lo tomó por sorpresa. Lo que yo quería era saber si tal posibilidad estaba en su contexto (secretaria de Gobierno, Agricultura o cualquiera, da lo mismo, el cargo no es importante). Él lo descartó; sin embargo, me dejó la impresión de que no es algo que se encuentre demasiado alejado de lo posible.
En La entrevista Desde Abajo que comenzó transmisiones este jueves por el canal de YouTube de DESDE ABAJO MX, Rojo recalcó su amistad con el gobernador del estado, pero descartó que por eso considere entrar al Partido Morena. Más bien que luego de ponerle «pausa» a su militancia en el PRI —del cuál fue presidente estatal, dos veces diputado federal y una vez local— está en platicas con Movimiento Ciudadano, con el PRD y hasta con el PAN, con un ánimo que lo acompaña desde hace veinte años, por lo menos: ser candidato a la gubernatura de Hidalgo.
Y al considerar que el PRI está en la «vía a la extinción» si continúa bajo el mando de Alejandro Moreno Cárdenas, el político de Huichapan simplemente ya no encuentra espacio en el partido que fue de su abuelo, Javier Rojo Gómez, y de su padre, Jorge Rojo Lugo. ¿Y le alcanzará para ser candidato fuera del cobijo tricolor? Creo que dependerá del tamaño de los recelos que le tengan en los partidos donde busca cobijo pues, la impronta priísta, está en el acta de nacimiento de Rojo.
De momento, descarta «prácticamente» que su futuro político esté en Morena a pesar de que, reconoce, el gobernador Menchaca es su amigo. No se ve en su partido, ni se ve en su gabinete. Más bien, apuesta por crear un «gran frente» para competir por la gubernatura, sin aclarar cómo sería tal plataforma. En todo caso, dice que esperará a las reglas derivadas de las próximas reformas políticas nacional y estatal.
José Antonio Rojo es un político de los que quedan pocos en Hidalgo. De buenas formas, de diálogo abierto, con liderazgo real y, sobre todo, consciente de los usos del poder. A pesar de que la mitad de su vida (o más) la ha recorrido haciendo política y su presencia no es ajena en el escenario local, paradójicamente su voz suena fresca en el ambiente estatal y, me parece, se debe a que enfrentamos tiempos de mediocridades inmediatas debido a personajes improvisados, neófitos, acelerados y ególatras que hoy ocupan cargos públicos. Una contraparte que le ofrece ventajas al ahora expriísta, si es que consigue competir por la gubernatura del estado. De modo que si consigue llegar a la boleta electoral en el 2028, con la experiencia que tiene, la estructura que maneja y la sapiencia en la conducción de cada una de las piezas que arman una elección, sí, podría dar la sorpresa; que igual no sería tanta pues su probable competencia (o sea, Morena) corre el riesgo de elegir mal y perderlo todo en el próximo sexenio.


