Era mitad de febrero y, aunque el coronavirus ya había explotado en China, no teníamos idea de que ese sería nuestro último evento al aire libre. Traemos a la memoria estas imágenes del Festival Vientos de Alegría realizado sobre el pisal monumental, obra del artista hidalguense de Byron Gálvez, cuando nos abrazábamos sin miedo al contagio; no había cubrebocas, comíamos con tranquilidad en la calle, saludábamos al de enfrente sin ponernos gel antibacterial, éramos libres de látex y cloro y encerrarse en casa solo era una opción de algunos felices ermitaños. Con poco o mucho dinero, esas pequeñas cosas nos hacían soportar la vida. Ahora, nos damos cuenta de todo lo que extrañamos darle un beso a quien está lejos, o al que se siente lejos, aun estando cerca.
Esperamos vencer sobre el COVID para volver a las calles. Porque, ¿quién no quiere volver a planear un papalote? ¿Quién no quiere volver a abrazar sin miedo?
Entonces, por favor, quédate en casa.